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CIUDAD DE MÉXICO, 6 de junio (Quadratín México).- El candidato presidencial del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que la guerra sucia que inició en su contra no le afectará porque los ciudadanos están bien informados, y más bien afectará a sus contrincantes políticos.
En su conferencia de prensa matutina, aseguró que en esta ocasión no podrá realizarse otro fraude porque a diferencia de 2006, los ciudadanos están preparados para defender el voto y cuidar cada una de las casillas que se instalarán en el territorio nacional.
El abanderado indicó además que no caerá en la provocación, que no se confrontará con nadie porque está en “franca reconciliación”; pues él sigue los consejos de sus asesores, que son los habitantes del país, quienes en todas sus giras le aconsejan cómo comportarse ante las descalificaciones.
Por otra parte, López Obrador consideró que los consejeros del Instituto Federal electoral (IFE) están actuando con discrecionalidad.
“Los consejeros del IFE se la llevan tranquila, leen el periódico y luego se van a desayunar a un buen restaurante, ellos deberían estar pendientes de que no haya guerra sucia, tendrían que garantizar lo que establece la Constitución que las elecciones deben ser limpias y equitativas, pero no actúan”, mencionó.
El abanderado de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano dijo que de llegar a la Presidencia de la República no implementará ningún modelo establecido en el extranjero, como se ha dicho en algunos sitios de que buscará copiar el proyecto del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Refirió que no conoce al mandatario venezolano, “nunca he hablado con él ni por teléfono, no me gusta inmiscuirme en la vida interna de otros países, porque apelo a que pase lo mismo con nosotros… Nunca cuestiono a los presidentes de otros países, respeto también las políticas que aplican, porque cada pueblo tiene su historia y circunstancias”.
El político tabasqueño explicó que su modelo tiene que ver con la realidad del país, “no vamos a copiar modelos”, ya que México tiene su propia historia y lo que él propone es una reforma fiscal progresiva con la que se puedan abolir los privilegios fiscales, para tener más recursos e impulsar el desarrollo.
Aclaró además que de ganar las elecciones del 1 de julio, no expropiará bienes pero tampoco se privatizarán.
Asimismo, criticó las llamadas reformas estructurales que se han aplicado desde hace tres décadas porque consideró que no han dado crecimiento económico y sólo benefician a un pequeño grupo.
En la conferencia estuvo acompañado por el dirigente del Partido del Trabajo, Alberto Anaya, y el diputado petista Porfirio Muñoz Ledo.
Recordó que esta noche participará en el programa de televisión Tercer Grado, que su campaña la culminará el 27 de junio con un acto en el Zócalo capitalino y que a partir del próximo lunes visitará dos estados por día, en la recta final de su campaña proselitista.
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