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Libros de ayer y hoy
Rumores antes del IV Informe
El dream team de un gobernante en materia de comunicación social supone la confianza, experiencia y capacidad técnica y colaborativa de los integrantes de su staff.
Si hacia esa dirección apunta el reacercamiento de David López con el presidente Enrique Peña Nieto, la recomposición del formato de la difusión del IV Informe presidencial y la campaña acerca de lo que realmente “cuenta”, ante las percibidas limitaciones y fallas de la política de comunicación social y si se orienta a poner un fin al deterioro de la imagen presidencial, la oportunidad, al centro de la crisis, debe aprovecharse.
Las evidencias recientes, por ejemplo, relacionadas con la credibilidad atribuida a rumores de cambios en el gabinete implican tanto un deterioro en la estructura de difusión como la de simultanea perdida y apetito de cohesión en torno a los liderazgos, tanto del gobierno como del partido gobernante.
Los rumores son tan importantes como la información oficial cuando existe un desarreglo interno en las instituciones y en los gobiernos. Son directamente proporcionales a la desalineación de la política de comunicación social cuando ésta no es oportuna, veraz y convincente: a mayor percepción de indefiniciones mayores rumores.
Manuel Buendía sostenía que podía llegarse a la localización específica del origen del rumor y este, correspondía con el desajuste interno del quehacer político, comunicativo y de percepciones discordantes en una sociedad determinada.
En dos ocasiones, desde la semana pasada, la Presidencia de la República ha decidido salir al paso del rumor de cambios en el gabinete cuya sustancia, si puede asumirse así, es básicamente la remoción del secretario de Gobernación en enroque con el titular de la Sedesol, así como la salida de la titular de esa última secretaria del conjunto del gobierno.
En contraste con los rumores de fines del sexenio de Luis Echeverría Álvarez, los cuales daban voz a una inquieta cuando no irritada clase oligárquica muy crítica del tinte aparentemente socialista que, desde el conservadurismo norteño podía advertirse en el gobierno de LEA, y que estaba a punto de verificarse, los rumores de este 2016 parecen surgir de los deseos de segmentos del PRI desorientados, inquietos y frustrados.
La presencia del rumor, a unas horas del IV informe presidencial, es también una cuestión de confianza pendiente.