Escenario político
Confianza del PRI mexiquense
Las elecciones del Estado de México demostrarán si continúan vigentes la sapiencia del PRI para mantener la unidad –al menos frente a una disputa para gobernador en una entidad que ha perdido frente a la izquierda y la derecha en elecciones presidenciales, por ejemplo– y si valoraron con precisión el costo de no haber abierto el proceso sucesorio a opciones distintas a las establecidas por las familias del poder local y su eje de consanguineidad.
Por lo pronto el PRI apuesta confiadamente a que el arreglo cupular encabezado por la Presidencia de la República y el gobierno de esa entidad rinda los frutos que la coalición de tribus priístas ha permitido en el pasado en la única entidad de las más tres más relevantes por número de electores en el país que no ha vivido una alternancia en el poder, al menos de partido considerando que las ha registrado de agrupamientos de dirigentes, militantes y simpatizantes del tricolor.
¿Puede coincidir la confianza interna en la élite priista con la que pueden mostrar las bases de ese partido y los tradicionalmente simpatizantes externos a ese instrumento político en el Estado de México?
Alfredo del Mazo Maza es el precandidato único del PRI a la gubernatura del Estado de México a partir de este lunes, de acuerdo con la normatividad de ese partido, y no es fácil identificar si en su apoyo y desde la propia voluntad del aspirante hay perseverancia o necedad.
Consanguíneo del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, y tercero de la familia del mismo apellido paterno que aspira a la gubernatura de la entidad con mayor número de electores, podría convertirse en el único en no lograrlo.
En 2011 intentó la candidatura, pero frustró su ambición la presión de los grupos de poder diferentes del encabezado por Peña y en respaldo de Eruviel Ávila quien tenía una fuerza territorial capaz de hacer perder las elecciones en el PRI en ese momento si emigraba a otro partido.
Del Mazo Maza tiene un reto considerable que no podrá resolver si la oposición, especialmente de Morena, dada la ausencia de otras oposiciones relevantes ante el debilitamiento voluntario del PRD desde el municipio de Netzahualcóyotl y la ausencia de claridad en el PAN, además, el deterioro continuo del PRI a nivel nacional, según reporte universal de las encuestas a la mano.
Un desafío central para Del Mazo Maza es identificar cuándo la asociación con Peña es positiva, central sin duda para su nominación, anunciada unas horas después de entrevistarse con el presidente en Los Pinos, y por supuesto indispensable para la decisión de movilizar políticas públicas federales y recursos para la campaña desde el control nacional y local del partido, y cuándo no lo será: ¿cómo impedir que el conjunto de las percepciones negativas de lo federal y lo partidista y el ascenso de Morena impacten su nominación?
En el Estado de México se verificará el peso del nuevo fenómeno entre la base priista consistente en decidir una forma de voto útil ante la reedición de la operación “de las familias” mexiquenses poderosas dentro del PRI en contra de otras opciones y el ascenso de oposiciones de derecha e izquierda a nivel especialmente nacional.
Desde esa entidad se decide parte de la elección presidencial y la base del PRI tendrá que elegir como se prepara para votar para fortalecer a una u otra de las opciones que parecen perfilarse en los primeros dos sitios en la preferencia nacional.
De ahí que cabe la pregunta si es un tema de perseverancia o necedad el haber nominado a un candidato que no parece contar con el arrastre popular o del reconocimiento interno priista para ganar en situación de competencia a Morena en la antesala del 2018.
También de ahí responder a la pregunta que continúa en circulación acerca de la importancia de generar una candidatura presidencial en que la decisión presidencial del primer priista del país esté acompañada de consensos mayores que los evidenciados en el Estado de México.
Si el gobernador Eruviel Ávila cumple su parte y lo hacen en reciprocidad con él los protagonistas del poder federal de ganar claramente la elección, su crecimiento como probable candidato a la Presidencia de la República podría dar un salto extraordinario…inesperado especialmente para los propios priistas.
Todo sea y sería por la confianza fundada en la experiencia de control territorial, la habilidad para comprender el tiempo de cambio, los recursos humanos y dinerarios en movimiento, la lógica de la campaña el crecimiento de la oposición de AMLO y…la familia.
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