
El predial talón de Aquiles municipal
Delfina: lección de ética para el PRI
Respeto a Roger Bartra. Sin embargo, es imposible no evidenciar que su artículo “retroizquierda” publicado en Reforma este martes, es más simplificador de lo que aceptamos sus lectores. Revela que le falta darse una vuelta por la calle y acercarse a los procesos políticos como ocurren a la vista de otros observadores.
Bartra simplifica al extremo de un esquema sin capacidad explicatoria actual el complejo mundo de las izquierdas y las cataloga en dos y solamente dos: reformistas y populistas.
Afirma que tanto el PRD como Morena están contaminados de corrupción y no alcanza a señalar ninguna distinción significativa. Tampoco señala quienes específicamente están en ese proceso de “contaminación”. Si alguien como Bartra ya no distingue el amarillo pintado del metal valioso estamos, como decían en la generación previa a la mía, “realmente amolados”.
Estuve presente en el inicio de campaña de Delfina Gómez en el Estado de México y me parece que hay un fenómeno de recomposición ética que ella, a diferencia de muchos actores políticos, incluidos algunos senadores de acuerdo a evidencia y posicionamientos en una multitud de entidades, sí es capaz de encabezar por su trayectoria, discurso y actuación.
Ojalá Bartra conversara con ella y, como él, otros muchos que tenemos esta tentación de opinar sin dar un nuevo vistazo y asumir que es posible que hay fenómenos nuevos más allá de nuestra muy humana, pero a veces analíticamente estéril tendencia simplificadora.
Este es mi argumento antes y después de tener le experiencia del evento de ayer: Delfina Gómez y Josefina y Vázquez Mota, en ese orden, están en situación de trasladar al PRI al tercer sitio de entre las principales fuerzas políticas que han iniciado campaña para llegar a la gubernatura de la entidad con más votantes en todo el país y que es ya una de las condiciones de la transición del 2018.
Además de una coyuntura abiertamente desfavorable al PRI, aquello dependerá de la calidad de su estrategia, de su operatividad efectiva “en terreno”, de la relación con las crisis que emergerán en estos dos meses, de su habilidad para conectar con una generación digital y de atraer a las fuerzas declinantes -entre ellas la del PRD- y de la inteligencia de su campaña y visualización de su mensaje.
Bartra no compara la corrupción que percibe en su “retroizquierda” con de la del PRI lo cual sería interesante conocer y, si se puede, por favor, antes de la elección del 4 de junio.
Ya sabemos lo que dicen las encuestas del deterioro de la percepción respecto de los partidos políticos. Es posible que haya también un deterioro de la argumentación entre algunos intelectuales que siempre hemos respetado. Tal vez haya ahora “retrointelecuales”.
Delfina es una ex maestra texcocana, trabajadora, orgullosamente hija de un albañil, ex edil y diputada federal, identificada con gran tino por Andrés Manuel López Obrador e Higinio Martínez como representativa de un nuevo tipo de líderes sociales, eficaz, digno y creíble, está empatada, al menos, en el primer sitio de las preferencias con Alfredo del Mazo. Es altamente probable que lo rebase en los próximos quince días.
Delfina continuará en crecimiento. Es realmente, mucho más allá de la inteligente y oportuna retórica colosista, resultado de “la cultura del esfuerzo” en una expresión retomada por ella misma.
Vázquez Mota, está ligeramente debajo de Del Mazo y Delfina en las preferencias para la gubernatura mexiquense.
Con todo, se haya también en situación de beneficiarse de la caída de las preferencias del PRI. Ese partido tenía 62 por ciento de simpatía confirmada en la elección del 2011 y que hoy ha perdido más de 30 puntos porcentuales por el descalabro de la imagen del primer priista del país y por la percepción de inseguridad y corrupción que la propia campaña de Del Mazo ha considerado pertinente considerar en su primera andanada de spots.
Vázquez Mota, sin embargo, y a diferencia de Gómez, no parece estar en la misma capacidad de generar la confiabilidad ética que Delfina.
Ella cree superada la controversia acerca de relación con el régimen -vocablo con el que designo el sistema de relaciones dominante- y el presupuesto priista; tampoco ayuda para los mexiquenses irritados su ubicación en un gabinete del PAN y la derrota en una campaña presidencial. Nada de ello es fácilmente asociable con la renovación indispensable en una entidad dominada por más de 8 décadas por diversas expresiones de un priismo que hoy es visto como anacrónico y estancado.
El imperativo categórico en el Estado de México es la creación de confianza basada en expectativas realistas de ejercicio del poder y en la interrupción de décadas de abusos del presupuesto local y federal para enriquecimiento de un pequeño grupo que ha dominado la vida pública mexiquense y que falló en la interrupción del rezago social mayoritario registrado en la entidad.
Las elecciones recientes demuestran que para saber de la dimensión de los daños de administraciones recientes de requiere un gobierno de distinto signo.
Delfina ha comenzado a ser una lección ética para el PRI en el Estado de México.
confianzafundada.mx