Descomplicado
La coartada Coahuila
En todo debate, hay una dimensión altamente subjetiva.
¿Es más importante la manera en que Morena ha comenzado a incorporar a personajes de toda índole hasta llegar a Lino Korrodi o lo es que las instituciones electorales o el propio Sistema Nacional Anticorrupción están, en el primer caso, prendidas de pequeños hilos los de credibilidad o, en el segundo, deshaciéndose?
En esta época en que una decisión o maniobra pequeña de un opositor grande se convierte en el foco de atención y un tema mayor es transformado en uno menor, es importante recordar que la subjetividad de todo debate incluye cierta dimensión objetiva.
En tal sentido creo que, el tema de mayor relevancia es la inhabilidad de las instituciones electorales para parecer creíbles en una prospectiva muy cercana en la cual ese valor es absolutamente esencial.
Lo objetivo es la medición de la pérdida de credibilidad, lo subjetivo, sugiero hoy, es la relevancia que tiene el tema Coahuila para el INE y para el PRI.
El presidente nacional de ese partido, Enrique Ochoa, apuesta a desmantelar toda probabilidad de que sea anulada la elección en esa entidad.
Mientras, el mismo INE que aparente estar dispuesto a la anulación de las elecciones de Coahuila por rebase de gastos de campaña de los dos principales contendientes, el PRI y el PAN, mantiene la omisión de cuestionar la inequidad electoral generalizada en la elección del Estado de México.
De esta manera curiosamente diferenciada y cautelosa, en Coahuila, finta el INE, podría existir la probabilidad de hacer añicos el proceso electoral; en el Estado de México, se disciplina el INE, el rebase de gastos de campaña y las diversas operaciones para inducir el voto de manera ilegal que fueron evidenciadas por la prensa incluso la más convencional, son simplemente invisibles a la institución.
Confiado en la mayoría constituida por los consejeros electorales que fueron respaldados por su partido en el Instituto Nacional Electoral, Ochoa busca que su cabildeo -un acto histriónico, considerada la realidad de las decisiones de ese instituto omiso ante los delitos electorales antes, durante y después del proceso electoral mexiquense- modere la intención, solo aparente, del INE para convertir el rebase de topes de campaña en anulación del proceso electoral de Coahuila.
Un grupo de simpatizantes e integrantes de Morena, alrededor de la iniciativa #NiUnFraudeMás tomó ante los hechos ilegales – entre lo más flagrante el uso de tarjetas de promesa, el sobregasto de campaña y la intervención de autoridades federales de todos los niveles en el proceso electoral mediante la reasignación presupuestaria local- de la elección mexiquense dos acciones concretas:
En primer lugar, se indica, la entrega de una solicitud ciudadana de acceso a la información pública “contenida en todas y cada una de las boletas electorales utilizadas en la elección para gobernador del Estado de México celebrada el pasado 4 de junio de 2017”. Su idea es forzar un recuento ciudadano “totalmente autónomo e independiente” para verificar, o en su caso rectificar, el conteo oficial dado a conocer por las autoridades electorales.
En segundo, “el inicio de un juicio especial en materia electoral” donde dicen documentar las “graves violaciones a los principios constitucionales en materia electoral cometidas durante el proceso electoral en el Estado de México y que fundamentarían la nulidad de la eventual victoria de Alfredo Del Mazo” en la elección celebrada el pasado 4 de junio.
Acerca del éxito de Enrique Ochoa o de los morenistas me quedan pocas dudas: mientras el INE continué constituido por un conjunto de compromisos personales y sujeciones colectivas que lo tienen con una falta de credibilidad superior al 60 por ciento no veo fácil que cualquier argumentación jurídica, evidencia ciudadana o periodística, pueda oponerse a la singularidad del priismo mexiquense donde solamente la ley de facto del poder local y su extensión presidencial pueda, en condiciones reales, imponerse. Por ahora.
Para recuperar la confianza en las instituciones partidarias, electorales, de desarrollo, cada vez es más claro que es requerida la alternancia y la transición política hacia el cumplimiento de la ley.
Para recuperar la confianza en el valor de la discusión de lo público requeriremos todos crecer en nuestra disposición a asumir que inevitablemente el debate incluye elementos subjetivos y objetivos, compartibles por preferencia e identificación política y datos rechazables.. por ello mismo.
confianzafundada.mx