
Rechaza Rubén Moreira Ley de Seguridad
Yacimiento probado, probable y potencial
Decidir qué es lo importante, en política y en cualquier materia, es una manera de declarar una identidad.
Para el gobierno federal, en apariencia agobiado por problemas conocidos y nuevos desafíos, demostrar capacidad y credibilidad es perceptiblemente difícil.
Se trate de la desaparición o asesinato de personas que declararían contra un ex gobernador, decisiones pendientes en el Senado, la discusión del presupuesto o las candidaturas clave del 2018, los asuntos encuentran un acomodo inestable incluso en la opinión pública.
De la misma manera los anuncios de reales o aparentes buenas noticias parecen desdibujarse ante la compleja audiencia mexicana.
Un ejemplo. El descubrimiento del yacimiento petrolero Ixachi-1 “el más importante de los últimos 15 años” de acuerdo a la versión de la Presidencia de la República, representaría menos del 1.8 por ciento de la producción total diaria actual de hidrocarburo.
Inmenso como sería, aportaría menos de 2 puntos porcentuales de la riqueza anual nacional total.
Gigantesco como fue presentado, equivaldría a una tercera parte del volumen de recursos representados en “fondos ilícitos¨ manejados en nuestro país.
De acuerdo a Reuters y el Grupo De Acción Financiera Internacional, en reportes conocidos y no desmentidos desde 2016 por el gobierno federal y publicados este domingo en La Jornada, los recursos del narcotráfico, delitos fiscales y otros crímenes equivalen a 6.6 por ciento del PIB.
Ixachi-1 representaría entonces, menos de una tercera parte del valor del volumen de operaciones relacionadas con el crimen, la corrupción, la evasión, la impunidad, la incompetencia.
Hay quienes consideran que el anuncio es parte de una maniobra distractiva en relación con la corrupción federal y Odebrecht. Es probable. No está demostrado jurídicamente aunque sea políticamente mediatizable.
Para mí es más interesante observar que el descubrimiento, aunque no se determinan los porcentajes de reservas probadas, probables, potenciales y cualquiera otra categoría a que haya lugar, de ser ciertas o “potencialmente” ciertas, introduce en la agenda política un tema central que podría sugerentemente ser verbalizado así: “señores habrá dinero en 2018” y en consecuencia “todo es posible y comprable si nos arreglamos”. Si no existe el dinero de inmediato se amplía la percepción de que lo habrá poco después del año próximo.
La propia Cámara de Diputados registro una rara excitación acerca del volumen de recursos hipotéticos disponibles al erario.
Esa es la parte más ominosa que advierto, por encima incluso de la significativa desproporción del valor de la economía criminal frente al valor del yacimiento descubierto.
Así son los yacimientos y sus impactos políticos probados, probables o potenciales.