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Escenario político
Osorio, Meade, Mancera y AMLO: ¿amnistía para todos?
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, consideró la precipitada propuesta de Andrés Manuel López Obrador, respecto de una amnistía a delincuentes como “una “ocurrencia peligrosa” por “lastimar a víctimas» y por plantear, dijo, la probabilidad de un Estado cómplice de los criminales.
Osorio Chong, a tono con las reacciones anti AMLO se fue duro y a la cabeza.
Evitó, para no variar, alguna opinión crítica del desastre de violencia actual, aún peor que el del sexenio del panismo previo, que ha dejado la administración sexenal de la cual es parte, corresponsable o cómplice. Datos oficiales detallan el desastre.
Osorio omite reconocer el desorden que le impidió ser el candidato del PRI -entre otros aspectos por ahora congelados-y AMLO intensifica las críticas a un tema que requiere un debate de precisión y de evidencias claras.
Por ejemplo, a reserva de la mejor opinión de usted, la Marina y el Ejército son instituciones ahora indispensables para la seguridad en todos sus niveles, incluida la llamada “seguridad pública”.
AMLO, sin embargo, consideró “un desastre” su intervención por la falta de coordinación entre esos cuerpos y el resto de los organismos de seguridad y ha ofrecido restablecer al Secretaría de Seguridad Pública y crear, “una guardia nacional” con “mando único”.
Las propuestas no se diferencian de manera clara de las existentes antes de 2013 y de las sugerencias de esta administración.
Algo falta a unos y a otros. A AMLO le llovieron las críticas y las alineaciones amlofóbicas, como la de Osorio. Veamos otro punto de vista.
Si AMLO hiciera una oferta seria para dar amnistía a delincuentes y victimarios, los priistas prófugos y los que pudieran estarlo a partir del 2018 deberían estar contentos porque incluiría la probabilidad de beneficiarlos.
Por ser cómplice de varias de las decisiones que lo involucraron en cinco ocasiones como secretario de Estado de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, José Antonio Meade, debería sentirse potencialmente aludido en vez de su conmovedora reacción a la sugerencia del tabasqueño: “el que siembra odio cosecha soledad”.
No es un secreto que al priismo más corrupto, el de gobernadores y funcionarios federales sujetos a proceso penal y los que podrían estarlo sin protección del poder nacional, les resulta indispensable, como a las autoridades capitalinas de un segmento del primer nivel, un pacto de impunidad.
También deberían estar secretamente contentos el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera y algunos otros gobernadores que fueron de izquierda perredista, conforme comiencen a darse a conocer los desarreglos de su administración.
La fórmula propuesta inesperadamente por el político tabasqueño parece obedecer a las sugerencias y programas semejantes que derivados de la experiencia sudamericana y centroamericana fueron puestas en práctica en los años 80 y hasta esta década en varias naciones en conflicto. Esos programas han tenido resultados desiguales ciertamente.
La propuesta del líder de Morena también revela la necesidad de mejorar los criterios de proyección de las propuestas que le hacen llegar sus asesores dada la recepción que tuvo, especialmente entre priistas, y dada la evidencia de que José Meade fue una decisión relativamente acertada del PRI, así sea una débil y aun lejos de ser aceptada entre las propias filas de militantes de base.
AMLO necesita mejorar el contenido, precisión y timing de sus propuestas. Y Meade y Mancera, por ejemplo, en la hipótesis de ser beneficiarios de ellas, en este caso la de la amnistía, en tanto victimarios de una ética de la administración pública federal y local, podrían pensar dos veces antes de abalanzarse en contra de aquella.
Osorio requiere, como Peña y Meade, autocrítica, itamita o no, y AMLO una mayor disposición de precisar contenidos y oportunidad de sus propuestas.
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