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Libros de ayer y hoy
Anaya, un peligro para el PAN
Por: Salvador Guerrero Chiprés
Fue decisión de Ricardo Anaya y el grupo encabezado por Miguel Ángel Mancera el desplazamiento de Margarita Zavala, la única candidata que hubiera podido enfrentarse con mayor éxito y concitar simpatía de otros segmentos ante Andrés Manuel López Obrador.
Difícilmente lo hubiera vencido pero su candidatura tenía un potencial de crecimiento previsto y anulado a conveniencia por los anayistas.
Ya es demasiado tarde para ese frente de elites burocráticas constituido por lo que queda del panismo y del PRD: perderán la elección federal y darán oportunidad, involuntariamente, a un proyecto de país distinto encabezada por el tabasqueño y por un movimiento social gigantesco.
Para Morena ahora el tema es ganar el congreso y las dos cruciales elecciones de Veracruz y Jalisco, donde aliados de los “frentistas”, la familia Yunes y Enrique Álfaro se atrincherarán como lo hacen en la capital del país perredistas y panistas en Coyoacán, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Iztapalapa y Benito Juárez.
Dante Delgado, el dueño de MC, no está muy ciertamente convencido de la utilidad de la victoria de Álfaro, ya que el político jalisciense es muy dado al desconocimiento de los acuerdos a que se compromete y podría convertirse en un enorme enemigo interno que controlaría el partido del veracruzano para asegurarse la candidatura presidencial del 2024.
Es a Anaya, ese personaje de inteligencia arrogante, agresiva proxémica, recurrente tendencia a la falsedad y mentirosa sonrisa, a quien se debe el deterioro esencial del PAN y el derrumbe de las probabilidades partidistas de rescatar valores éticos que eran esenciales en esta elección frente a los grandes temas de corrupción, impunidad, inseguridad y falta de oportunidades.
La personalidad del queretano es cada vez mejor revelada ante audiencias exigentes gracias a los debates, entrevistas y querellas con los periodistas y las crecientes irritaciones internas que le han comenzado a surgir después de su intervención en el debate de Tijuana.
Solamente puede ser eficiente frente a un guión y una pera estática, a propósito de su video. La rápida maniobra de AMLO para resguardar su cartera se quedarán en la memoria colectiva. Anaya robó el procedimiento democrático interno que le hubiera permitido al PAN una candidatura con mayor legitimidad. Ahora un segmento significativo de los panistas simpatiza con AMLO.
A 40 días de la elección Anaya quedó inutilizado y obsoleto como una pera de boxeo de un viejo gimnasio de la colonia obrera de los años 50.
Los valores que ha descrito AMLO y su conexión con la audiencia son tan sencillos y concretos como están presentados en un diccionario básico para la primaria pero son inalcanzables para el enrojecido y violador de la proxémica de los demás empleada por el querellante Anaya.
Sí hay ganadores, varios, del debate y también registramos un gran perdedor.
En orden descendente ellos son: AMLO, al mantener su ventaja y contener a Anaya de frente y directo con sus propios recursos pegajosos y que provocan legiones de memes; José Meade quien gana simpatía con su desenvoltura y precisión y sí, ni modo, también al llamar firmemente a Anaya -con un adjetivo respetuoso considerado el personaje- “cínico”; en tercer lugar, El Bronco, cuyo apelativo nos permitir omitir su nombre y reconocerle sus dotes histriónico diplomáticas además de un cierto avance dada la ausencia de Margarita Zavala y por la pérdida de simpatías que inició respecto de Anaya luego del debate de Tijuana.
Así las cosas a Anaya le resultó invertidamente bien algo central: se convirtió en la pera de AMLO y de Meade tal como dicta el meme después del debate respecto de cuyo previo video el queretano entrena sin guantes, para desprestigio de los Rockys del mundo, en camisa azulita de vestir, con anillo, contra una pera que, en la vida real, le rebotó en la cara en el debate y que le resonará el resto de la vida: “canallita”.
La expresión y las alusiones que provocó Anaya del protagonista del establecimiento de la agenda que es ahora AMLO, permiten suponer que si no hay un toque de genio en el próximo debate no solamente ya se coció este arroz sino que ya tiene las rubias almejas y los rojizos camarones encima para la paella en que, con la contribución involuntaria del aspirante presidencial querertano y el desplome del PAN, van a permitir un suculento platillo este 1 de julio para la mayoría del electorado.