Visión financiera/Georgina Howard
Gutiérrez de la Torre, justicia sin distinciones
Alcanzar la justicia social con pleno respeto a los derechos humanos es una tarea que se construye todos los días con acciones encaminadas a erradicar la corrupción, la impunidad y prácticas añejas que conducen a la violencia de género y, más peligroso aún, a normalizar esas agresiones.
Casi 20 años tuvieron que transcurrir para que Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre fuera llevado ante la justicia por las acusaciones que desde el 2003 se hicieron públicas tras una investigación periodística: Trata de Personas.
El entonces líder del PRI en la capital nacional fue señalado de operar desde el partido una red que captaba mujeres jóvenes a través de anuncios en los que ofrecía trabajo como edecanes. Ya como integrantes del equipo del también llamado “zar de la basura” —por provenir de una familia que lideraba a pepenadores— presuntamente les pagaban para tener encuentros sexuales con él.
La narrativa de los hechos se enmarca en las estructuras del machismo que visualiza a la mujer como un objeto del que se puede apropiar de su voluntad, pero también da cuenta de viejos esquemas de impunidad avalada en alianzas entre la clase política y las autoridades encargadas de la procuración de justicia.
Con un nuevo impulso y bajo la lógica de que la justicia debe aplicarse para todas y todos, la Fiscal de Justicia de la CDMX, Ernestina Godoy, volvió a revisar al caso —enviado en 2014 al No Ejercicio de la Acción Penal por la entonces Procuraduría a cargo de Rodolfo Ríos— y solicitó la orden de aprehensión que condujo a la captura y auto de formal prisión contra Gutiérrez de la Torre.
El antiguo líder priista ya está en prisión y, al ser juzgado en el sistema penal inquisitorio porque los delitos que le imputan fueron cometidos antes de la reforma penal, podría pasar varios años antes de que las audiencias se desahoguen y se llegue a una sentencia definitiva.
La justicia es un derecho inalienable de la ciudadanía y un deber de los gobernantes, porque no habrá seguridad sin la garantía de justicia social. Y esa es una máxima que se impulsa desde el Presidente Andrés Manuel López Obrador y por la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum.
Romper con las estructuras machistas que solapan casos como el del “zar de la basura” y con aquellas que permiten la impunidad no será fácil, pero ahora podemos decir que hay compromiso y voluntad institucional para hacerlo.
En ese marco no puede pasar desapercibida la visita del líder del partido laborista del Reino Unido, Jeremy Corbyn —al que conocí en el 2002 en la Universidad de Essex—, quien reconoció la política mexicana encaminada a erradicar las desigualdades, y tuvo una reunión con la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y la coordinadora de Asuntos Internacionales, Diana Alarcón.