Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Del Mazo: el priísmo que busca a Morena
Por: Salvador Guerrero Chiprés
El Segundo Informe de Resultados de Alfredo del Mazo, gobernador del Estado de México, pareció reconocer que el poder judicial, el poder legislativo e incluso la principal institución de seguridad local, así como el conjunto de las diversas instituciones representativas del quehacer político y de políticas públicas mexiquenses, son menos importantes que el reconocimiento al presidente Andrés Manuel López Obrador y a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
Solamente las menciones al presidente fueron superiores en tiempo y en número a las dedicadas a esas instancias: cuatro a AMLO, tres a los tres podes locales.
Hubo otras cuatro menciones a la mandataria capitalina, presente en aquel informe en correspondencia con la visita que Del Mazo realizó al de Sheinbaum y en concordancia con la saludable coordinación que se ha comenzado a construir.
Con una clara determinación de mostrar que la clase política priísta está en busca de acuerdos que permitan recuperar algo del naufragio electoral que se inició hace dos años cuando formal y legal -pero no necesariamente con total legitimidad- habría ganado la elección por 169 mil votos a Delfina Gómez, Del Mazo subrayó sus coincidencias con el presidente de México, con la Jefa de Gobierno y hasta con la esposa del primer mandatario, Beatriz Gutiérrez.
Ninguna indisciplina se registró entre los casi 2 mil 500 asistentes al Palacio de Gobierno en Toluca de los cuales el 85 por ciento eran varones en una ausencia de igualdad de distribución del poder por género, que no se correspondió con la reivindicación del mismo en el discurso del mandatario.
Morena es el partido del presidente y AMLO es el hombre del poder nacional con quien la clase política más cohesionada del priísmo descendente ha comenzado a tratar no solamente con genuflexiones y menciones sino con una disposición programática y orgánica que ningún ex mandatario mexiquense de los convocados y reunidos ayer cuestionó.
Es una buena noticia que Del Mazo haya encontrado la sabiduría, así sea resultado de la derrota electoral, de tender puentes con las autoridades federales y locales y que estas últimas hayan iniciado, para bien de todo el Valle de México, trabajo coordinado y respetuoso.
Para la clase política, desde un punto de vista táctico, no había ninguna otra salida.
Estratégicamente, desconocemos el número de puentes que han intentado ya desde el PRI local con Morena, así como los objetivos y negociaciones en curso y de largo plazo. Y qué bueno que eso ocurra si el resultado es mejores servicios y mejores políticas públicas.
Durante la hora que duró el Segundo Informe del gobernador Del Mazo, las menciones y agradecimientos al gobierno federal y de la Ciudad de México se repitieron en promedio cada poco menos de cinco minutos.
Palabras encomiosas abundaron para la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y para Sheinbaum, referida como clave en que “por primera vez tenemos una gran coordinación con la Ciudad de México, con quien realizamos tareas de seguridad de manera conjunta”.
Antes de la victoria de Morena esa coordinación existía y era aludida o vivida ocasional y secretamente.
Más de 1600 operativos en transporte público, las obras de transporte que unirán a las dos entidades, el Mexibús y el Cablebús desde Tecámac y Ecatepec, respectivamente con Indios Verdes y las obras culturales realizadas en la entidad, fueron mencionados como aludido fue, en una solitaria ocasión, José Vasconcelos.
AMLO fue, en esta segunda ocasión de informe de resultados, nuevamente referida como la cabeza de la nueva fuerza hegemónica mexiquense, la de Morena, y como asidero de la búsqueda de un horizonte donde el priismo mexiquense perderá el poder político pero no necesariamente el económico ni sus habilidades de adaptación y concierto.