Cuestión de confianza/Salvador Guerrero Chiprés

Inteligencia y operación: SSC y UIF

Por: Salvador Guerrero Chiprés

@guerrerochipres

La estrategia bajo la cual se guía la SSC, delineada por la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, se ha visto fortalecida por la capacidad operativa del titular, Omar García Harfuch, el equipo de inteligencia que incluye la dimensión investigativa facilitada recientemente por la ley y gracias a la coordinación con el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto y la ya existente de manera cotidiana con Ernestina Godoy al frente de la Fiscalía General de Justicia.

Esa colaboración está en la base de la detención de más de 60 personajes del crimen organizado y explica la realización de más de 200 cateos que han modificado la correlación previa entre capacidad de las fuerzas policiales y la frontera que mantenían frente a ella grupos delictivos de alta peligrosidad.

Con base en la denuncia ciudadana, que es la condensación del inicio de una nueva confianza en la autoridad, y los resultados que se han ido generando desde abril existe a la mano nueva evidencia de la potencialidad de éxito de la estrategia de seguridad que es notoria, frente a las ciudades capitales de las cinco entidades mas pobladas del país, fundamental cuando no únicamente, en la capital nacional.

Desde 2019, ya como Secretario de Seguridad de la CDMX, Harfuch apeló al cambio en favor de una estrategia de seguridad integrada -siempre desde el gobierno sistemático y disciplinado de Sheinbaum-  junto a la UIF, la FGJ y los organismos civiles que promueven el combate a la impunidad. 

El enfoque de anteriores administraciones, insistió por cierto Harfuch en su diálogo con la prensa, acompañado de Nieto, era “preventivo”, “relativo” en contraste con la investigación y operación con información de inteligencia.

La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe, publicada en 2019), mostró que en el último año del sexenio del expresidente Peña Nieto 93.2% de los hechos delictivos en el país no fueron denunciados, o simplemente no se abrieron averiguaciones previas o carpetas de investigación. 

Comienza a ser distinto, solamente si se considera la disminución de 135 a 77 delitos de alto impacto diarios, disminución de más de 40 por ciento en homicidios dolosos -si se compara este mes con diciembre de 2018- y la detención de varios líderes y mandos medios de organismos delictivos.

La Unidad de Inteligencia Financiera identifica y somete a proceso -mediante la FGJ- a las estructuras financieras de las organizaciones criminales en la Ciudad de México como no se había visto en los últimos seis años al menos. Este martes Nieto anunció el bloqueo de cuentas de 1,352 personas físicas y morales relacionadas con 14 grupos delictivos.

Son tres puntos los que por fin convergen para combatir el crimen: seguridad en vía pública, trabajo administrativo desde las dependencias de la FGJ bajo la premisa de CERO tolerancia a la corrupción -un proceso incipiente pero que no podrá tener retorno si ha de garantirse futuro a la estrategia general- y vigilancia financiera para evitar que se acrecenté el poderío de grupos delincuenciales. 

Ha iniciado una buena hora para los créditos de la coordinación entre autoridades a partir de la denuncia ciudadana. De los datos debemos pasar ala conquista de la percepción.