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Yamel Viloria Tavera, Especial Quadratín México
CIUDAD DE MEXICO, 26 de agosto (Quadratín México).- Hijo de padres migrantes, se vio obligado a trabajar desde la edad de cinco años, en su ciudad natal de Cerralvo, Nuevo León, en la venta de huevo y vegetales, así desarrolló su gran capacidad empresarial y tomó decisiones siempre extremas.
A los seis años, como bolero, inició su primera cadena empresarial, al abarcar también la renta de cajones para lustrar zapatos a sus primos y amigos.
A sus 82 años de edad, Roberto González Barrera, llamado de forma cariñosa por amigos y trabajadores El Rey de la Tortilla o Don Maseco, falleció como el segundo empresario más importante de México, catalogado por la revista Forbes como el séptimo hombre más rico de México, con una fortuna valuada en mil 900 millones de dólares.
González Barrera abandonó la escuela a los 11 años de edad, pues comenzó a trabajar en una tienda de abarrotes de su padre, donde vendía productos lácteos; su agudeza lo llevó a contar con su propio establecimiento cuando apenas cumplía los 15 años.
Su ánimo lo llevó a explorar trabajos de gran remuneración, pero de alto riesgo, integrándose a Pemex como chofer en una planta de Veracruz, para la transportación de material explosivo, a partir de lo cual logró los recursos para asociarse con empresarios de una plantación de coco.
Su perspectiva lo llevó también a ser un hombre ahorrador y, junto con su padre, González Barrera emprendió más proyectos que efectivamente le redituaron grandes dividendos, pero también generaron beneficios sociales. Compró una planta de luz con la que electrificó Cerralvo y poblados vecinos; a esto siguió la adquisición de una planta de hielo, comercialización de productos lácteos, e incluso un cine para esparcimiento de la población.
Nunca estos nuevos proyectos sustituyeron o eliminaron el origen de su fortuna, la venta de alimentos y por ello, en 1948, cuando alcanzó la mayoría de edad, González Barrera tuvo su primer encuentro con un molino de maíz que compró, junto con su padre, en 75 mil pesos.
Un año después, fundó una pequeña planta productora de harina de maíz en Cerralvo, llamada Molinos Azteca, el origen de Gruma, cuyo objetivo principal fue el de encontrar la fórmula para lograr la conservación de la masa de nixtamal, pues esta registra un muy rápido proceso de descomposición.
Así, al ahorro se sumó la inversión, pues gran parte de las ganancias se destinaron a la investigación y al desarrollo de nuevas tecnologías.
Esto explica por qué actualmente Grupo Industrial Maseca cuenta con una capacidad de manufactura de harina de maíz de 2.3 millones de toneladas anuales. En todos los molinos de harina de maíz de GIMSA se utiliza tecnología patentada y desarrollada por Gruma, la cual opera en alrededor de 105 países, cuenta con 99 plantas alrededor del mundo y emplea a más de 20 mil personas.
Fue en 1987 cuando la compañía inició operaciones en Honduras y tres años después incursionó a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), consolidándose en el mercado nacional e internacional.
Durante el proceso de privatización de la banca Mexicana, en 1992, Roberto González Barrera junto con un grupo cercano de inversionistas, adquirió Banorte que era entonces el segundo banco más pequeño del sector.
González Barrera convirtió a Banorte en el tercer banco más importante de México y el cuarto grupo financiero más grande en activos del país.
Al cumplir 100 años de historia, Banorte no sólo es uno de los bancos más importantes del país, sino además cuenta con presencia en Estados Unidos.
Debe señalarse que Banorte tiene como origen la tierra natal de Roberto González Barrera. Fue fundado en 1899 como Banco Mercantil de Monterrey, con sede en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, el mismo grupo fundó el Banco Regional del Norte en 1947.
En 1986 nace el Banco Mercantil del Norte, de la fusión del Banco Mercantil de Monterrey con el Banco Regional del Norte.
Durante la crisis bancaria de 1995 y posterior a ella, fue de los pocos grupos financieros que no vendieron el control a inversionistas extranjeros, debido a que el banco estaba operando de forma lenta pero sólida.
Al poco tiempo fue incorporando los servicios de Casa de Bolsa, Factoraje, Almacenadora y Arrendadora, hasta ser un grupo financiero consolidado de fuerte importancia en la banca Mexicana.
Por el contrario, para 2002 compra al grupo financiero Bancrecer para convertirlo definitivamente en Banorte y en 2006, adquiere el 70 por ciento de los activos de Inter National Bank de Texas.
En 2008, Santader pretendió adquirir Banorte, operación que no concluyó porque González Barrera escuchó el consejo de especialistas en el mundo financiero como Agustín Carstens y del mismo presidente Felipe Calderón: No entregar el único banco 100 por ciento mexicano.
En 2010, Banorte anunció la compra del 100 por ciuento de sus acciones a Ixe Grupo Financiero, el por las que pagó cerca de 1,300 millones de dólares, con lo que lo convirtió en el cuarto grupo financiero con más activos del sector bancario mexicano, sólo detrás de BBVA Bancomer, Banamex y Santander.
La audacia, dedicación, visión y empeño de Roberto González Barrera, motivaron que recibiera amplios reconocimientos: el premio World Finance 100, que entrega la prestigiada revista londinense World Finance a las 100 empresas globales y personalidades que han logrado los más altos niveles de desempeño en sus respectivos campos de acción y que, con su liderazgo, han impulsado el desarrollo de su industria en el mundo.
En 2010, ocupó la posición 13 del ranking de Los 100 Empresarios más Importantes de México de la revista Expansión.
En 2011 escaló un puesto debido a la fusión de Banorte con Ixe y por el anuncio para crear la afore más importante de México a través de la fusión de su administradora con la del IMSS.
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