
Aterriza Marco Rubio en México
Es tiempo de Claudia
El primer informe de gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo despejó el horizonte que se presenta promisorio para que ponga su sello personal como Presidenta.
Un último acto de atadura al pasado reciente es el reconocimiento realizado a la pasada administración de sacar de la pobreza a 13.5 millones de personas.
Claudia tiene la oportunidad de empezar un nuevo ciclo y la verdadera construcción de lo que ella misma considera como el segundo piso de la cuarta transformación.
Tiene todo a su favor, una popularidad apabullante, la confianza de los votantes que la llevaron al triunfo electoral el año pasado y cuenta con el respaldo de los tres poderes de la Unión.
El control total de la Suprema Corte de Justicia, la mayoría numérica en las Cámara de Diputados y Senadores y el Ejecutivo que encabeza en forma sólida.
Mantiene en las coordinaciones del Legislativo a Ricardo Monreal y Adán Augusto López, a los que ya encontró la forma de bajarle los ímpetus, tiene dos figuras confiables en el Ejecutivo (Omar García y Marcelo Ebrard), por lo que habrá que ver el desempeño del nuevo Poder Judicial y si en realidad actúa apegado a la institucionalidad y aplica la justicia con solvencia.
Claudia debe aprovechar el impulso que trae para hacer realidad las promesas de campaña. Mantener la entereza en las relaciones diplomáticas, especialmente con el vecino del norte. Continuar con sus propios programas y responder con aplomo a los reclamos ciudadanos que van, principalmente, en los temas de seguridad, salud y educación.
Es una oportunidad única la que tiene enfrente la Presidenta de México, donde debe mantener la ecuanimidad entre los militantes de su movimiento, motivar a sus colaboradores del Ejecutivo a que jalen parejo con ella y evitar la total subordinación del Legislativo y del Judicial, con lo que ayudaría a poner los cimientos de lo que suena como utopía, el segundo piso de la cuarta transformación.
La Presidenta de México se ve empeñosa, confiada, efusiva y motivada, por lo que su primer informe no fue el acostumbrado que provocaba júbilo entre sus seguidores y desesperanza entre la mayoría de la población.
La política de seguridad no tiene efectos mágicos, pero se nota un cambio en la misma, aunque lento, por el raigambre que traen los grupos delincuenciales.
Frenar la corrupción y evitar el nepotismo son dos tareas que hasta ahora se ven con poco avance y que en el discurso de Sheinbaum Pardo guardan un apartado especial.
Continuar con las obras de infraestructura y los programas sociales siguen siendo alicientes y la reforma electoral es un reto pendiente.
El petróleo y la energía eléctrica, así como el crecimiento económico se mantienen como prioridades.
Las fichas se le acomodan a la Presidenta de México, toca a ella plasmarlas en la realidad y terminar con las suspicacias.
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Nuevo año político y estreno de la nueva Corte, el relevo de los presidentes de ambas cámaras y la posibilidad de que los actores políticos lleguen a acuerdos para la instrumentación de la nueva reforma electoral, son los alicientes de lo que puede ser una nueva ruta para el país.
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Ramón Zurita Sahagún