
La mediación administrativa: justicia sin conflicto
¿Son buenos los jóvenes para gobernar?
La irrupción política de la senadora Andrea Chávez y la ambición anticipada por gobernar su estado natal (Chihuahua), hace recordar una generación de gobernantes de hace pocos años que, tal vez, por su juventud cayeron en las tentaciones del poder y el dinero.
Chávez, una joven voluntariosa ha mostrado entusiasmo, capacidad para el debate y no se arredra ante ninguna circunstancia que pueda frenar su avance político.
Con 28 años de edad, contaría con la edad mínima (30 años) para gobernar un estado en 2027, aunque antes de todo, deberá mostrar madurez política para alcanzar su meta.
Para algunos su actitud es de desenfreno en la búsqueda de un objetivo trazado con antelación y en el que cuenta desde ya con apoyos de todo tipo, económicos y políticos.
Su campaña y su búsqueda anticipada motivó algunos reproches, especialmente de la Presidenta Claudia Sheinbaum y provocará algunas consideraciones dentro de los reglamentos del partido en que milita, para evitar ese tipo de adelantos.
Para algunos el extrañamiento de la titular del Ejecutivo federal, aunque no se refirió por nombre ni apellido a nadie en especial, tenía como destinataria a la joven senadora, quien debió atenderlo, quitando su rostro y sus prédicas de los vehículos con los que ofrece servicios médicos a quienes carecen de él en su entidad natal.
La juventud de Chávez no la puede privar de su intención política, aunque si del uso y abuso desmedido de recursos económicos como lo venía haciendo con el respaldo de empresarios de no tan buena fama pública.
El caso de Andrea Chávez deja en claro el empuje con el que vienen nuevas generaciones en un país que como México siempre ha valorado a los jóvenes.
Hace dos sexenios los jóvenes avanzaron notoriamente en la ocupación de cargos de gobernadores.
Una nada despreciable cantidad de jóvenes, principalmente pertenecientes al Partido Revolucionario Institucional fueron propuestos como candidatos y apoyados en las urnas.
Dónde se encuentran esas joyas de la nueva política que pregonaba Enrique Peña Nieto en sus días de gloria como Presidente de la República.
La respuesta es fácil, muchos de ellos se encuentran en prisión, sin ser sentenciados y otros más ya fueron condenados y poco lograron sortear el obstáculo como gobernantes.
Esa generación de jóvenes y otros no tanto que formaban parte de los gobiernos estatales que iban de la mano con el entonces Presidente mostraron no estar aptos para gobernar y dejaron en claro su ambición por el poder y el dinero.
Recordando algunos de esos nombres (Roberto Borge Angulo, tenía 31 años de edad cuando asumió el gobierno de Quintana Roo y hoy sigue en prisión. Javier Duarte de Ochoa contaba con 37 años de edad y hoy sigue en la cárcel. Roberto Sandoval Castañeda de 41 años asumió como gobernador de Nayarit, a la fecha sigue en prisión. César Duarte 47 años, hoy en prisión. Guillermo Padrés Elías tomó posesión como gobernador a los 40 años, pasó por prisión y hoy está libre. Jorge Aristóteles Sandoval tenía 38 años cuando asumió como gobernador y al término de su mandato fue asesinado.
Del grupo de jóvenes tres de ellos salieron adelante Manuel Velasco, Alejandro Moreno y Alejandro Murat quienes asumieron sus respectivos gobiernos a los 32, 40 y 41 años de edad.
Sin embargo, aquel experimento con los gobernadores de la pasada década no fue obstáculo para que hoy sigan gobernando jóvenes en varios estados, especialmente mujeres.
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¿Cuántos de los candidatos a ministros de la corte y magistrados de tribunales serán eliminados por sus historiales oscuros? Tamaulipas se encuentra bajo la óptica nacional, la presunta detención del alcalde de Matamoros en la garita fronteriza y la detención y liberación del delegado del IMSS en esa entidad, además de los constantes señalamientos que se hacen al gobernador sobre relaciones sospechosas devela una situación complicada en esa entidad.
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