
Puebla, solo detrás Chiapas y Veracruz en producción de café
FRENTES ABIERTOS
Uno tras otro, se van abriendo los frentes que muestran los errores, los abusos y hasta las trampas que usa MORENA y sus militantes para distraer a la ciudadanía que muy despacio va entendiendo que una cosa es el discurso y otra la realidad del gobierno.
Es cierto que no se puede responsabilizar a la Presidenta de la República de todo lo que viene ocurriendo ni culparla de que no pone las cosas en orden, pues mucho de lo sucedido se remonta a la herencia recibida del sexenio anterior.
Como es común en el gobierno de MORENA, Claudia Sheinbaum puede alegar que mucho repercute ahora, pero es herencia del pasado, aunque no podrá focalizarse en contra de los malvados de la derecha o de la oposición y si llegar a reconocer que le dejaron todo prendido con alfileres.
El fracaso de PEMEX y la reconversión de la empresa ya fue endosado a los gobiernos neoliberales, aunque no se reconoce el fracaso de la refinería de Dos Bocas y la desastrosa administración de Octavio Romero Oropeza.
Las masacres, la violencia e inseguridad, son tareas que se van controlando, aunque quedan visos del pasado reciente, cuando se decidió no actuar y aplicar la política de abrazos no balazos.
Cada día que pasa resaltan más los eventuales nexos de algunos gobernantes y otras autoridades con los grupos delincuenciales, aunque nadie hace nada por frenarlos. Gobernadores y exgobernadores de Tabasco, Sinaloa, Tamaulipas, Guerrero, Baja California, Nayarit y otros más son exhibidos en mantas acusatorias, sin que eso cause mella en sus respectivas administraciones.
Otros más aplican leyes y reglamentos que buscan censurar y limitar la libertad de expresión.
Viajes, excesos, lujos y vida principesca de algunos dirigentes, representantes populares y servidores públicos, son evidenciados y nadie investiga para llegar a fondo del asunto.
Los que casos de corrupción son desestimados y los acusados exculpados rápidamente.
Se cambian leyes, se ajustan al gusto de los gobernantes y todo transcurre como si a nadie le importara. La Constitución mexicana es una de las más remendadas del mundo y se preparan más ajustes, todos convenientes al grupo gobernante.
La Presidenta de la República busca de todas las maneras posibles imprimir su sello, sus ideas y su dinámica, pero se encuentra atrapada en la vorágine del país vecino y de los constantes amagos del Presidente Trump.
Mantiene un gabinete y en los principales cargos de los poderes a personajes que no le deben lealtad a ella y sin embargo no puede cambiarlos.
Su círculo de confianza es muy pequeño y con todo y ello no se puede sacudir a las rémoras que la acompañan.
Las máximas morenistas de no robar, no mentir y no traicionar, ya suenan huecas, al igual que los llamados de la propia Presidenta para que los gobernantes mantengan la humildad y sencillez y se mantengan con la medianía juarista.
Las distracciones son muchas y aunque se considera que es una estrategia de parte del propio gobierno la de abrir un nuevo frente para ocultar otro, el descrédito de la administración pública va creciendo y puede derivar en sorpresas que no están consideradas o que no se están advirtiendo.
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