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CIUDAD DE MÉXICO, 22 de julio de 2020.- “Nunca lo creí…” así lo dice el sargento primero de infantería Rosendo B., originario de Morelia, Michoacán y quien, afortunadamente, está librando con éxito la batalla más importante, porque en ella va su vida misma, el coronavirus, enfermedad en la que nunca creyó, y que tuvo que padecer para cambiar de opinión.
Con la característica bata azul de hospital, voz débil que apenas se escucha tras el cubreboca que porta, el sargento no pierde la disciplina y, aunque todavía débil por la enfermedad, se incorpora al darnos su nombre, luego se sienta y con voz pausada y baja expresa su alegría de estar librando la enfermedad y advierte la importancia de creer en ella y cuidarse.
¿Cómo se siente?
-Bien, ahorita bien me siento
¿Usted creyó en la enfermedad?
-Nunca lo creí
Y ahora que lo padeció, ¿qué piensa?
-Que es cierto, que todo esto es cierto, yo lo viví en carne propia y sé lo que se siente
¿Qué le pude decir a la gente que sigue sin creer y está allá afuera sin cuidarse?
-Les puedo decir que se cuiden, que extremen las medidas de seguridad contra esta enfermedad, que se protejan, ante todo.
Recordó la etapa más difícil del Covid 19, el pasado 2 de julio cuando perdió la noción del tiempo, su cuerpo no le respondía, ni tenía hambre, la debilidad se apoderaba de él, que, a pesar de su pelo cano, luce fuerte, y que en aquel momento no tenía fuerzas para nada, “me arruinó la enfermedad, me noqueó por completo”.
El Sargento Rosendo, que con emoción en sus palabras agradece a los médicos y enfermeras que lo atendieron, es uno de los cientos de pacientes que han pasado por la Unidad Operativa de Hospitalización Covid 19 que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) como parte del Plan DN-III-E, habilitó en el Campo Militar 1, en el espacio que antes albergaba los dormitorios del sexto grupo de morteros.
Con 100 camas, divididas en dos grupos, 50 para hombres en la planta baja, y 50 para mujeres en el primer piso, en esta unidad personal médico, en su mayoría civil, pero también militar y al mando de éstos últimos, atiende a pacientes que padecen el virus y su estado de salud es moderado y grave, pero sin llegar a ser de terapia intensiva.
Cuenta con tanques de oxigeno, ambulancias con cápsulas móviles y atiende tanto a militares en activo, retirados, como a derechohabientes, pensionados, y población en general que carezca de seguridad social.
La familia, la risa, el cariño, medicamentos del alma contra estrés por Covid
Esta unidad pese a tener capacidad para 100 camas, nunca ha estado en su máxima capacidad, según comentan los militares responsables de esta área, y es que fue diseñada para ello, pues se atiende a enfermos con gravedad moderada, pero no es para intubados.
Sin embargo, un tema que mucho afecta a los enfermos, independientemente del nivel en el que estén, es el estrés, la salud mental y emocional, lo que, sin duda, influye sobremanera en la recuperación del paciente.
Por ello, en esa Unidad Covid, los pacientes tienen acceso tres veces por semana en un determinado horario, a la risoterapia, y aunque ésta no es presencial y se hace por teléfono, ha tenido importantes resultados pues el nivel de ansiedad apenas es del seis por ciento.
Asimismo, existe otro aspecto emocional que ayuda a los pacientes de Covid, y es la vinculación familiar, que consiste en conectar a los familiares con los pacientes a través de videollamadas.
Este ejercicio se realiza todos los días en horario de visita, de 15 a 17 horas, con una duración de cinco a 10 minutos por persona; el objetivo, aseguró la teniente enfermera Rocío Morales del Río, es establecer una comunicación, aunque no sea directa, pero que puedan constatar que su familiar se encuentra bien y cuáles son sus necesidades, lo que, dijo, ha ayudado a que los familiares no tengan tanta incertidumbre.
“El objetivo es brindar tranquilidad y seguridad entre los familiares y pacientes al establecer un vinculo entre ellos, lo que disminuye la angustia durante el tiempo que deban permanecer en aislamiento estricto”, señaló.
Mucho mejor la bata que el traje: doctor Giorgio Franyuti
Con un riguroso protocolo de seguridad, el equipo de Quadratín México tuvo acceso a la planta baja de esta Unidad de Hospitalización, destinada a hombres; ahí el doctor mexicano Giorgio Alberto Franyuti Kelly, doctor en bioseguridad con experiencia en crisis humanitarias a nivel internacional, y uno de los especialistas reclutados por el Gobierno federal, da las indicaciones al equipo para poder ingresar.
En un cuarto contiguo a la sala Covid, se encuentra la ropa quirúrgica desechable que se utilizará, bata, botas, guantes, gorro, cubreboca y googlee; con minucioso cuidado y detalle, el doctor Franyuti indica cómo colocar cada prenda, iniciando por las botas, procedimiento que llevará aproximadamente 30 minutos realizarlo, mismo tiempo será al salir.
Asegura que el 80 por ciento del personal de salud se contagia al quitarse el traje de seguridad, por lo que la forma de despojarse del equipo, explicó, lleva un procedimiento de varios pasos, cuidadosos y complejos.
Franyuti afirma que contrario a lo que muchos creen, la bata quirúrgica es mejor que los trajes blancos de protección que mucho se han utilizado en esa pandemia; explica que al ser fáciles de quitar, permite que no se tenga mayor contacto con la prenda y pueda llevarse directamente a la basura.
La labor de Franyuti como doctor en bioseguridad, consiste en verificar todos los procesos del hospital para despeñar adecuadamente las tareas asignadas, desde la lavandería y las rutas de entrada y salida de pacientes, hasta la capacitación a todo el personal para que cuente con el equipo necesario de protección y las indicaciones a seguir.
Y le ha dado muy buenos resultados, pues el doctor Giorgio aseguró que desde que abrió la Unidad Covid 19 en el Campo Militar número uno el pasado 6 de mayo, del personal que labora ahí solo se han contagiado tres militares y cuatro civiles.
Deberíamos estar en rojo: Franyuti; asegura que todos somos responsables
El doctor Franyuti, con amplia experiencia en atención de crisis humanitarias en diversas partes del mundo, especialmente en África, aseguró en entrevista para Quadratín México, que lo más grave todavía no llega, y lamentó que esto no se pueda evitar debido a la falta de responsabilidad de la ciudadanía que sigue sin comprender la magnitud de la crisis que está atacando a la población.
“En el caso de México lo que trágicamente nos afecta más, es la falta de credibilidad que le dio el público a las medidas de sana distancia, el uso de cubre boca en todo momento cuando salen, y evitar salir. Recuerdo en abril y en mayo que la gente se quejaba porque íbamos a hacer esta jornada de sana distancia por 50 días, eso les parecía mucho, bueno, qué les parece ocho meses ahora y contando.
«(…) Lastimosamente esperamos aumento en los casos, sabemos que esto no va a terminar pronto y esto es muy relacionado a la falta de responsabilidad que hemos tenido entre nosotros por cuidarnos (…). La ciudadanía debe de responder, no debe de responsabilizar solo al gobierno por las cosas que hace, esto es tarea de todos, del empresario, del sector público, trabajo de la ciudadanía, de la sociedad civil organizada, homologar nuestras acciones para evitar los contagios”, afirmó.
Reconoció que en todo el mundo los gobiernos han cometido errores y no solo en México, sin embargo, insistió en que la responsabilidad sigue siendo de la misma población, pues sostuvo que de nada sirve tener las medidas de bioseguridad más avanzadas, si éstas no se acatan.
Sobre el nivel en el que está la Ciudad de México y el semáforo naranja, a pregunta expresa, el doctor enfatizó que se debería estar en semáforo rojo por los altos niveles de contagio; en ese mismo tenor, refirió que no se puede saber pero es muy poco probable que se llegue al pico de contagios.
Señaló que lo más importante ahora es no saturar los espacios hospitalarios, en ese sentido, reconoció que en México se ha hecho un excelente esfuerzo en cuanto a capacidad operativa de los hospitales, pues desde marzo se ha mantenido una ocupación del 50 por ciento en todo el país.
Pero insistió en que, al reabrir actividades económicas y presenciales, solo traerá más contagios, “El presidente de El Salvador, Nayib Bukele dijo algo muy sabio, ‘El que antepone al economía a la salud pública, pierde la economía y la salud pública’, reabrir actividades económicas te va a hacer perder más tiempo en semáforo naranja, regresar al rojo por más tiempo y por ende, perder más dinero”, puntualizó.
Es así como en este centro hospitalizarlo, a diario más de un centenar de doctores, doctoras, enfermeras, y personal médico en general, libran una batalla contra el coronavirus, dejan horas de su vida, tiempo con sus familias, arriesgan su salud y lo único que los motiva es ayudar y proteger a quienes son víctimas del coronavirus.
Pero también luchan contra la ignorancia, la incredulidad e irresponsabilidad de la gente que afuera no cree, que no se cuida y que antepone su soberbia a la seguridad hasta de ellos mismo, y ese virus es más letal que el Covid 19.