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TRENTON, Nueva Jersey, EU., 18 de abril de 2025.- De las calles de la Ciudad de México hasta consolidar un emporio de auténtica cocina mexicana en Nueva Jersey, la historia de Fernando Benítez es un relato de perseverancia, aprendizaje continuo y una profunda pasión por compartir los sabores de su tierra natal.
Concibió su visión en la década de los 90, cuando comenzó a tomar forma a través de diversas experiencias en el mundo de la gastronomía. Inició en establecimientos con conceptos únicos gracias a su paso por reconocidas cadenas de comida rápida como Chipotle, Moe’s y Always Grill, donde absorbió valiosas lecciones sobre la eficiencia y la gestión en el sector:
Siempre tuve la idea. Empecé a trabajar en un lugar donde era similar a lo que quería. Así que saqué mucho provecho a esa experiencia de ahí. Aprendes”.
El primer intento de plasmar su sueño llegó en 1998 con la apertura de un restaurante mexicano de servicio rápido en el corazón de Brooklyn. Aunque no surgió como se esperaba, esta etapa le permitió aprender e identificar los desafíos y afinando su comprensión del mercado. La vida lo llevó a Phoenix, Arizona, donde incursionó en el mundo del servicio al cliente en grandes resorts y hoteles.
A su regreso a la costa este, Fernando se sintió particularmente atraído por la rica y diversa tradición culinaria del suroeste de Estados Unidos, una fusión de influencias mexicanas e indígenas adaptada a los ingredientes y la historia de la región fronteriza. Las salsas, con sus intensos sabores a “chile rojo” y “chile verde”, se convirtieron en una fuente de inspiración para sus propias recetas.
De vuelta en Nueva Jersey, la idea original persistía, aunque la crisis económica de 2008 representó un duro revés personal y profesional. La idea de asociarse con un amigo para revitalizar una pizzería en Union City, fue un completo éxito, pues lograron transformarla en Burrito Joint, un establecimiento de comida rápida mexicana que hasta hoy deleita a sus clientes.
Tras abrir y gestionar varios locales con socios, un viaje a México lo reafirmó en su deseo de tomar las riendas de su propio proyecto.
En 2016 abrió en Cliffside Park un restaurante con licencia de licor que dio origen a Viva Margarita. Transformó el local, creando un ambiente acogedor y una propuesta culinaria que rápidamente conquistó los paladares locales, generando largas filas de comensales ansiosos por probar sus creaciones.
“Y empezó, explotó. Un fin de semana, había hasta dos horas de espera para entrar. El concepto es muy apreciado. A la gente le gustó mucho”, afirmó.
Lo que comenzó como un sueño en los noventa se ha expandido a cuatro prósperas sucursales estratégicamente ubicadas en Nueva Jersey: Cliffside Park, Wellington, Hasbrouck Heights y Hackensack; con planes de expansión en Guatemala y El Salvador, y la reapertura de su Hacienda Viva Margarita en Puebla, México.
Fernando encarna la historia de un emprendedor que supo convertir los desafíos en peldaños hacia el éxito, proyectando su pasión culinaria hacia nuevos horizontes.