El 911, el riesgo de las llamadas en falso
La automatización evoluciona de manera constante y en la actualidad provoca un temor ante la pérdida de empleo. El mundo laboral también se enfrenta a la inteligencia artificial, que incluso desplaza ocupaciones que tienen que ver con la creatividad o el intelecto. Tal como se vivió en la Revolución Industrial, en el siglo XVIII, las máquinas sustituyeron a los trabajadores, pero también se fueron creando más espacios de trabajo. El uso de máquinas propicia la capacitación constante de los empleados. La tecnología facilita tareas para los humanos en varias industrias, si no es que en todas, porque a pesar de que todavía se crean productos de manera artesanal, es cada vez más raro ver a personas produciendo cosas con la finalidad de comerciarlas en masa.
Actualmente seguimos viviendo bajo este temor fundamentado en que la creación de máquinas aumentará el desempleo en el mundo, propiciando una crisis laboral que implicaría más pobreza para la mayoría y el enriquecimiento de unos cuantos. Sin embargo, es válido señalar que igual que en el siglo XVIII hoy estamos obligados a la capacitación constante y los gobiernos deben encargarse de cuidar a la clase trabajadora impulsando leyes que protejan a los empleados.
La ausencia de empleados es cada vez más común, lo vemos en el centro comercial o los bancos, donde las máquinas hacen el trabajo de los humanos. El avance de la tecnología acompañada con inteligencia artificial puede sustituir hoy a un chófer de transporte, a un cocinero, escritores, diseñadores, matemáticos, etcétera. Según se percibe las fuentes de empleo pueden correr riesgo, el desplazamiento laboral es una realidad que tiene que ver con la automatización y aunque sí hay nuevas fuentes de trabajo relacionadas con el uso de las máquinas, no se comparan con las que se pierden. Finalmente, la automatización surgió para dar mayores ganancias a los empresarios y con el tiempo se optimizaron estas herramientas que, si bien requieren el manejo de un humano, dejan sin trabajo a otros más. Para evitar esto, los empresarios deben preocuparse por invertir en la capacitación constante de sus trabajadores y la población tiene que adaptarse a los nuevos instrumentos. Los cambios tecnológicos de esta época demuestran que es la inteligencia artificial la que está tomando un papel importante en el futuro del empleo. La pandemia de finales de 2019 puso en relieve el trabajo a distancia, automatizado y llevado a cabo gracias a esta tecnología digital.
Proyecciones a futuro
El Foro Económico Mundial prevé que para los siguientes años cambiará una cuarta parte de los empleos en el mundo. “En 45 economías, que abarcan 673 millones de trabajadores, se prevé la creación de 69 millones de nuevos puestos de trabajo y la supresión de 83 millones, lo que supone una disminución neta de 14 millones de empleos, es decir, el 2% del empleo actual”, según sus estimaciones. Destaca que la disminución de empleos estará relacionada con el uso de las tecnologías. También resalta que las tareas relacionadas con el razonamiento, la comunicación y coordinación -que tienen que ver con la mente humana- sean más automatizables en el futuro. El panorama que plantea el FEM es que la inteligencia artificial abarcará más campos y la pérdida de empleos afectará a oficinistas, cajeros, secretarias y contables.
Es fundamental para quienes se están preparando para el campo laboral que tengan habilidades relacionadas con la tecnología y para los que están activos es necesario el aprendizaje constante. Es importante el papel que tengan los gobiernos al igual que los empresarios, ambos tendrán que brindar las oportunidades de capacitación constante y la protección en sus puestos a los trabajadores, según el FEM de esta manera se optimizarán las ganancias de las empresas y se mantendrán los puestos de trabajo.
La Organización Mundial del Trabajo (OIT) considera pesimista que se tema a la pérdida de empleos debido a la automatización y la inteligencia artificial. Por el contrario, considera que son una oportunidad para liberar a los trabajadores de tareas abrumadoras y que darán paso “a un futuro más rico y glorioso” gracias a las ganancias de productividad. Pero también ve realista los posibles riesgos, asegura que las sociedades “pueden decidir cómo se despliega la tecnología, cómo se distribuyen los posibles beneficios y qué ocurre con los afectados, para bien o para mal”, según publica en su página web, donde habla de los puestos de trabajo que podrían perderse pero que al mismo tiempo podría impulsar el surgimiento de nuevas plazas laborales.
La investigación de la OIT realizada en 2023 predice que “el efecto abrumador de la tecnología será aumentar las ocupaciones, más que automatizarlas”, sobre todo en países donde tienen mayor proporción de empleo en oficios administrativos, que, en su mayoría, están ocupados por mujeres. Es por esto por lo que se habla de una necesidad de políticas proactivas centradas en la calidad del empleo, que garanticen transiciones justas y se basen en una regulación adecuada. En este sentido la OIT observa que si hay un proceso de transformación positivo se podrían crear importantes oportunidades para el empoderamiento femenino.
Un reporte del Banco de México realizado en 2020 señala que casi dos tercios del empleo total del país podría estar en riesgo por la automatización, siendo más vulnerables los jóvenes. Diariamente se presenten actualizaciones relacionadas con la inteligencia artificial, lo que impacta en la organización económica debido a las demandas que surgen una tras otra de manera casi inmediata, causando la demanda de nuevas habilidades que implican reubicar a los trabajadores. En nuestro país, la probabilidad de que los empleos puedan ser sustituidos por computadoras es mayor que en Estados Unidos (47%), la Unión Europea (54%), y que el promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (57%), pero se encuentra por debajo de la de países asiáticos como China (77%) e India (69%).
Entre las industrias más afectadas estaría la manufacturera con un potencial riesgo de 64.5 por ciento de ser automatizado, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Empleo (ENOE) realizada en 2016. Lo mismo que otras industrias, como la fabricación de muebles, la alimentaria y de equipo de transporte. La encuesta señala que 117 de las 255 ocupaciones que conforman estas industrias enfrentan un alto riesgo de automatización, 15 de las 117 concentran más del 70 por ciento del empleo en riesgo de ser automatizado.
Entonces, para evitar la pérdida de empleos relacionada con la automatización y el uso de inteligencia artificial debe fomentarse la innovación tecnológica que complemente el trabajo humano en lugar de sustituirlo, otra opción es reubicar al personal en riesgo de desempleo tecnológico en otros puestos dentro de las mismas organizaciones. Las políticas para paliar la pérdida de trabajos pueden ser también apoyos y medidas de protección social para los afectados. Según la OIT es indispensable desarrollar e instituir programas de reciclaje y mejora de las cualificaciones que puedan preparar a los trabajadores para nuevas carreras en la economía digital, así como en la creciente economía ecológica y de los cuidados.
DESDE EL CENTRO
Donald Trump quiere asumir la presidencia de Estados Unidos declarando la guerra a quien no ceda a sus caprichos. Ignora que cada país es soberano. En México, como el actual gobierno no se inclina ante sus demandas asegura que es gobernado por los cárteles. A diez días de que llegue a la Casa Blanca traza su plan contra los migrantes y aquellos países que no se alineen a su política. También dijo que no descarta el uso de la coerción militar o económica para conseguir su deseo declarado de que Estados Unidos recupere el control del Canal de Panamá y adquiera Groenlandia, parte de Dinamarca… Tarde pero seguro. El hasta hace unos días Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, respondió al presidente electo Donald Trump sobre sus declaraciones de utilizar la «fuerza económica» para anexar a Canadá al territorio estadounidense. Trudeau afirmó: “Jamás, pero jamás, Canadá será parte de Estados Unidos”. Agregó que «los trabajadores y las comunidades en los dos países se benefician de que seamos el uno para el otro el mayor socio comercial y en materia de seguridad», añadió el primer ministro canadiense.