
Retos para las finanzas locales
La Reforma Energética es aumento al precio de la electricidad y a la gasolina
Cuando la mayoría de los trabajadores esperaba el anuncio de un incremento al salario mínimo desde el mes pasado, tal y como habían prometido las autoridades –concretamente el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida–, pues no hubo nada, sino que, como sucede con frecuencia, todo lo contrario: el aumento a la gasolina y a las tarifas de la energía eléctrica, con la consiguiente repercusión en la carestía de alimentos y servicios. De esta forma, el PRI—Gobierno sigue con la cosecha de votos en contra para los comicios presidenciales de 2018.
Todavía, el 20 de diciembre de 2013, al decretar promulgada la reforma energética, Enrique Peña Nieto manifestó que los cambios en el sector se reflejarían en el bolsillo de los mexicanos “al reducir el costo de la luz y el gas” para las familias, los comercios y la industria, lo que generará, prometió, más empleos. Y no. La Comisión Federal de Electricidad determinó, el domingo pasado, alzas a las tarifas para el sector industrial, comercial y doméstico de alto consumo, que van del 2 al 5 por ciento. La ilusión de que bajarían los recibos de la luz duró menos de dos años, porque en realidad las acusaciones contra la CFE se incrementan en todo el país.
Un caso, de miles, es de la yucateca María Mena Hau, habitante maya del municipio de Abalá, quien trabaja en Mérida como empleada doméstica y denunció que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) pretendió cobrarle la insólita cantidad de 606 millones 221 mil 90 pesos, por el consumo bimestral de noviembre-diciembre pasados (2014) en su vivienda.
La afectada dijo en enero de 2015 al diario La Jornada que “se llevó el susto de su vida cuando observó el recibo, apenas el miércoles pasado. Creyó que la cantidad era en miles de pesos, pero después se dio cuenta que se trata de millones de pesos. En mi vida he visto tanto dinero junto y jamás lo veré, agregó. Ni mil pesos he visto juntos, pues menos 600 millones, reiteró. La señora –continuó la nota–, quien apenas recibe el salario mínimo en su trabajo doméstico en Mérida, tiene dos hijos, una pareja sentimental que labora de albañil y a su padre que se dedica al campo.
En la vivienda donde habita Mena Hau y su huano (tipo de palmera); hay un pequeño patio y dentro sólo tienen los electrodomésticos, como una televisión, un radio, horno de microondas y una licuadora. Explicó que hace unos tres meses, empleados de la CFE le cambiaron su medidor domiciliario; antes de eso, pagaba unos 200 pesos bimestrales. María indicó que llevará su queja ante las oficinas centrales de la CFE en Mérida para que constaten, en su sistema, que todo es un error gravísimo pues ni siquiera grandes empresas que hay en México pueden facturar una cantidad similar. “No es posible que por un error de tantos millones de pesos, nos quedemos sin servicio. Le toca a la CFE repararlo, de lo contrario, pues que nos corten la luz para siempre, porque no tengo para pagar esa cantidad”, destacó María.
Los astronómicos recibos por concepto del servicio de electricidad en domicilios particulares que resuenan en todo el país, también alcanzó a Nuevo Laredo, Tamaulipas. El Mañana, 2 de febrero 2015, informó que Leticia Acosta, quien reside en la localidad se sorprendió al ver en su recibo más reciente la increíble cantidad de 219 mil 360 pesos, siendo que se trata de su domicilio particular y no de un establecimiento industrial. Al tratarse de una conocida profesora de la localidad, la insólita situación se volvió viral en cuestión de algunas horas, luego de que publicara en la red social Facebook la versión digital de su recibo. Contactos de la docente también manifestaron casos parecidos al que ella enfrenta. «La entiendo miss, a mí me llegó uno de 6,000 pesos y fui a reclamar, la señorita de la CFE, me dijo: es lo que tiene que pagar, lo siento y no hacemos convenios así que si no paga se la cortan», comentó Mayra en un post de Facebook.
Ante la repetición de denuncias como la anterior, surgió un movimiento –otro que se suma al de los maestros– de resistencia civil para no pagar los recibos, debido a que los usuarios se quejan de aumentos desproporcionados en todo el territorio nacional. Lo cierto es que millones de usuarios de luz en el país son víctimas de los altos cobros que serán mayores conforme avance la reforma energética, ya que se tiene contemplado generalizar el pre—pago del servicio, que no es otra cosa que un modelo parecido a la compra de tiempo aire para los celulares.
Hay que señalar, como establece la Asamblea Nacional de Usuarios de la Industria Eléctrica– que el acceso a esta energía es indispensable, pues sin luz los enfermos no pueden vivir, los alimentos no pueden ser preservados, no hay cómo bombear el agua, tener calefacción o ventilación, además de que aumenta la inseguridad, por lo que debe ser reconocida como una necesidad primordial para que el ser humano exista.
Pero “con la culminación de la privatización de la energía eléctrica –aunque lo niegue el gobierno– en los próximos años, se garantiza el brutal aumento de las tarifas como verdadero atraco por parte de las grandes empresas, lo que dejará a muchas familias sin acceso a ella, negando, así, su derecho a una vivienda adecuada”.
Además, dice el organismo citado, quieren imponer su sistema de pre-pago por medio de los medidores digitales que la CFE instala en todo el país y de tarjetas recargables con el objetivo de que “quien no tenga dinero para pagar, entonces no tendrá luz, desfavoreciendo al sector más pobre del país. Después de la instalación de los medidores digitales, la CFE tiene planteado concesionar a empresas extranjeras el cobro de la luz y la cartera jurídica de deudas de usuarios, a los que les espera enfrentar demandas por la vía administrativas y al asedio de empresas privadas de cobros extra-judiciales.
Sobre el precio de la gasolina, hay que recordar que su reducción sólo fue por unos cuantos meses y de muy pocos centavos. Hoy, con el aumento del fin de semana, sigue como una de las más caras del mundo y el salario mínimo de México se ubica entre los peores del planeta. ¿Cuál justicia social?