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CIUDAD DE MÉXICO, 27 de octubre de 2020.- Sin intención de una crítica social o política, Delaporte escala Las Montañas de opresión patriarcal y clava en su cima la bandera del feminismo con su nuevo álbum, para que cada quien lo traduzca como quiera.
Desde su estudio en el barrio de Lavapiés, Madrid y vía Zoom, el dúo electro-pop desmenuza el proceso de composición de su disco Las Montañas, el cual acaba de liberar, así como su visión contra la intolerancia, mientras vive con incertidumbre el recién toque de queda establecido en España ante la pandemia.
«En concreto hablo de una opresión quizás más patriarcal: de que soy más pequeña, de amigos, exparejas, familiares… cómo me tengo que comportar y ser, cómo y por qué me tengo que sentir culpable en alguna situación. De que soy la responsable de la felicidad de la gente y hombres que me rodean.
«También trabajo psicológicamente en hablar de todo ello. No me sentía yo, que no era yo la persona que quería ser y no quería a esa persona, por lo que empecé a escribir sobre ello y a entender por qué, y gran parte es porque siempre me han dicho cómo tengo que ser, vestir, hablar y ser para poder encajar en ese marco social patriarcal y de cualquier manera de intolerancia que impida a una persona ser quien quiere», externa y detalla, segura y con pasión, Sandra, voz de Delaporte.
Y ante la continúa actividad de los colectivos feministas en México, sin justificar los actos de violencia, invita a que el mundo entero sea feminista y entienda que todos, de alguna manera, somos perjudicados de este patriarcado ancestral o no habrá ningún cambio real.
«La violencia es simplemente una consecuencia, en muchos casos no hay que considerarla como un fenómeno en sí, sino como la consecuencia y expresión de una opresión que lleva siglos; entonces, sin justificarlas, es para entenderlo: no se puede condenar sin más, hay que entender de dónde viene, para meterla en su sitio.
«Muchas veces la violencia sólo es consecuencia de una rabia e impotencia, porque hay colectivos que se ven totalmente impotentes frente a un organigrama social de siglos y una estructura de poder con raíces muy profundas, y no les queda más que un sentimiento de rabia que desfogan en la calle», añade y explica Sergio, de origen italiano y complemento base de Delaporte.
Entre septiembre de 2019 y enero de 2020, en dos sitios de montaña del norte de España, el grupo se sumergió completamente en lo que era la composición por cerca de dos semanas, en por lo menos sacar el alma de las canciones, luego ya en Madrid grabó voces, retomó la postproducción, mezcla y todo los detalles.
Rememora Sergio que a esos lugares treparon sin expectativas, simplemente a ver qué les pedía el cuerpo, compartiendo playlist de inspiración y lo que surgió fue en total espontaneidad y sin preconcepto.
«Nos hemos atrevido a explorar sonidos, porque en nuestros mismos playlists teníamos temas muchos más tranquilos o más orgánicos, a lo mejor teníamos a Natalia Laforcade o Sílvia Pérez Cruz, o artistas de este estilo, y de pronto cosas muy techno y agresivas o experimentales, o drum & bass; de pronto teníamos Chemical Brothers o Prodigy. Hemos intentado meter, sin miedo, todo lo que nos inspiraba», complementa Sandra Delaporte.
De Las Montañas ya suenan, como single, un homónimo, Se Va, No Dirás (con Ximena Sariñana), De Dónde Vienes y Clap Clap, los cuales los han impulsado a planear una gira de 24 fechas por España, la cual está pactada para iniciar el 15 de enero de 2021.
«Hay que ver cómo evoluciona (el Covid 19); tal vez mejora o empeora y habrá que aplazar conciertos. Vivimos en incertidumbre», reconoce Sergio y Sandra remata: (el toque de queda) «afectará en el sentido que los conciertos tendrán horario inglés, supongo, para empezar a tocar a las 6 de la tarde, en lugar de… solemos empezar, bueno, en un festival podemos empezar a las 5 y en una sala, 10, 11 de la noche».