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CIUDAD DEL VATICANO, 23 de febrero (Quadratín México).- El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, denunció hoy a los oportunistas que buscan aprovechar el momento de sorpresa y de desorientación por la renuncia de Benedicto XVI para sembrar la confusión y lanzar descrédito sobre la Iglesia.
“No falta, de hecho, quien busca aprovechar, recurriendo a instrumentos antiguos como la maledicencia, la desinformación y la calumnia”, sostuvo.
“O ejercitando presiones inaceptables para condicionar el ejercicio del deber de voto de parte de uno u otro miembro del Colegio de los cardenales, considerado persona no grata por una razón o por otra”, añadió.
En un duro editorial transmitido por la Radio Vaticana, el sacerdote jesuita salió al paso de las especulaciones de los últimos días sobre el impacto que habría tenido en la dimisión papal el escándalo del “vatileaks”, un supuesto juego de poder y de sexo en la Curia Romana.
Afirmó que la renuncia ha evitado el dolor por la muerte de un Papa amado, pero no ha impedido otra prueba: el multiplicarse de presiones y de consideraciones extrañas al espíritu con el cual la Iglesia quisiera vivir este tiempo de espera y preparación.
Esta semana en el entorno del Vaticano se abrió una fuerte polémica por la publicación de un artículo en el diario italiano “La Repubblica” en el cual se estableció, sin citar fuentes precisas, un entramado de relaciones entre homosexuales en la Curia Romana.
Según ese informe, relanzado por diversos medios a nivel internacional, las presiones de este “poderoso lobby gay” y las confrontaciones por manejo de recursos, cuya descripción estaría contenida en un reporte entregado a Benedicto XVI en diciembre, habrían precipitado su renuncia.
Al respecto Lombardi arremetió contra quienes se erigen en jueces lanzando pesados juicios morales y, en la mayor parte de los casos, no tienen ninguna autoridad para hacerlo.
“Quien tiene en mente dinero, sexo y poder, y está habituado a leer con estos parámetros las diversas realidades, no es capaz de ver otra cosa ni siquiera en la Iglesia, porque su mirada no sabe ver lo alto e ir a profundidad para captar las dimensiones y las motivaciones espirituales de la existencia”, insistió.
Agregó que de estos artículos periodísticos resulta una descripción profundamente injusta de la Iglesia y de tantos de sus hombres.
Empero advirtió que todo eso no cambiará la actitud de los creyentes, no obstaculizará la fe y la esperanza con la cual miran al señor que ha prometido acompañar a su Iglesia.
“Nosotros queremos, según cuanto indica la tradición y la ley de la Iglesia, que este sea un tiempo de reflexión sincera sobre las expectativas espirituales del mundo y sobre la fidelidad de la Iglesia al evangelio, la oración para la asistencia del espíritu, de cercanía al Colegio de cardenales que se apresta al difícil servicio del discernimiento”, dijo.
“En esto nos acompaña, sobre todo, el ejemplo de la rectitud espiritual del Papa Benedicto XVI, que ha querido dedicar a la oración del inicio de la Cuaresma este último tramo de su pontificado. Un camino penitencial de conversión hacía la alegría de la Pascua”, apuntó.
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