Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
ERONGARÍCUARO, Mich., 2 de noviembre de 2018 .- En Arocutín, comunidad del municipio lacustre de Erongarícuaro, sus habitantes llevan una discreta ceremonia de Noche de Ánimas, algo que no ocurrió en esta ocasión. Arocutín desbordó turistas que abarrotaron, incluso con autos, sus calles.
Frente a la iglesia de la comunidad, en un pequeño atrio que sirve de camposanto, decenas de habitantes de esa comunidad recordaron a sus difuntos al calor de las velas y veladoras, departieron sus alimentos con ellos, y se prepararon para la vela, en medio del ruido de visitantes que no parecían entender el ritual.
Algunos dicen que el fenómeno de turistas desbordados se debe básicamente a otro fenómeno mediático: la película Coco, estrenada en el 2017 baja la dirección de Lee Unkrich y producida por Pixar-Disney, con una trama basada en este ritual de los pueblos originarios.
Para llegar a Arocutín hace falta subir una cuesta algo angosta, que con dificultad permite el paso de dos vehículos a la vez. Más arriba las cosas no mejoran, y si a esto se le suma el arribo de decenas de camionetas tipo van y otros vehículos, se vislumbra un desastre.
Una calle antes de llegar al templo principal ya se dificulta moverse por tantas personas que van, vienen y se detienen. Destacan porque la mayoría son grupos de turistas venidos de distintos países y llevan banderas y banderines para identificar de qué grupo son y no perderse.
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