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CIUDAD DE MÉXICO, 09 de julio de 2018.- La principal razón por la que los niños de 12 a 14 años abandonan la escuela es por falta de interés, aptitud o requisitos para ingresar a la escuela (48.3 por ciento) y por la falta de recursos económicos (14.2 por ciento).
Aunque las causas por las que la población no asiste a la escuela son complejas y multifactoriales, la información obtenida del Módulo de Trabajo Infantil 2017, que presentó este lunes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), indica que esa es la principal razón por la que los niños de 12 a 14 años abandonan la escuela.
En 1989 el Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) propuso celebrar cada el 11 de julio el Día Mundial de la Población, a fin de centrar la atención en asuntos emergentes relacionados con la población (ONU, s/f a).
Atendiendo a esta inquietud, el INEGI integra en este comunicado información sobre el tema de educación, aspecto relevante para el desarrollo de la población.
Los niños que no asisten a la primaria tienen una alta probabilidad de no adquirir la aptitud de leer y escribir, y en caso de tenerla, al dejar de asistir a la escuela a temprana edad, es posible que se olvide por desuso y se conviertan en analfabetas funcionales, siendo este el caso de muchos adultos mayores que “poseen grandes limitaciones de empleabilidad debido preponderantemente a un nivel bajo de conocimientos y especialización” (CEPAL-UNESCO, 2009, p. 45).
En el país, a partir de los datos que proporciona la Encuesta Intercensal 2015, 98 de cada 100 niños de 6 a 11 años asisten a la escuela (97.7 por ciento), en tanto que dos de cada 100 niños de este grupo (263 041), no van a la escuela. Las entidades federativas que muestran el mayor porcentaje de inasistencia escolar en este grupo de edad son Chiapas (4.2 por ciento), Campeche (2.7 por ciento), Michoacán y Colima (cada una con 2.6 por ciento).
En el grupo de 12 a 17 años se incrementa la no asistencia escolar. En 2015 hay 2.2 millones de adolescentes que no asisten a la escuela, es decir, 16.2 por ciento deberían estar cursando la secundaria o el nivel medio superior y no es así.
Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la educación en este rango de edades permitirá que las personas puedan “acceder a un trabajo decente, salir de la pobreza y alcanzar un nivel de vida satisfactorio” (ONU, s/f b). Por tanto, no asistir a la escuela compromete su futuro.
En los adolescentes de 15 a 17 años, la principal causa de no asistencia sigue siendo la falta de interés, aptitud o requisitos para ingresar a la escuela (43.5 por ciento). En segundo lugar, se encuentran aquellos que abandonan sus estudios por trabajar (14.4 por ciento), seguidos por aquellos que lo hacen por falta de recursos económicos (12.7 por ciento).
Las causantes difieren por sexo; en los varones de 15 a 17 años destaca el trabajo como la segunda causa de abandono escolar (21.5 por ciento), mientras que en las mujeres esta posición es ocupada por el embarazo, matrimonio o unión y motivos familiares (18.1 por ciento).
Tanto para hombres como para mujeres de 15 a 17 años, la falta de recursos económicos está presente entre las tres principales causas de abandono escolar. Por ello resulta pertinente conocer el gasto que realizan los hogares en educación.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2016, el gasto promedio trimestral en educación en hogares donde al menos hay una persona de entre 6 y 17 años, es de 4 435.2 pesos.
Un factor importante que se relaciona con la decisión de abandonar la escuela es su acceso a ella de acuerdo con su ubicación geográfica, es decir, la lejanía a la misma. Al respecto, la Encuesta Intercensal 2015 ofrece un acercamiento a esta situación: el 2.7 por ciento de la población de 6 a 11 años que asiste a la escuela en la misma entidad, tiene que trasladarse a otro municipio para ir al lugar donde estudia.
Este porcentaje aumenta a 4.3 por ciento y 11.6 por ciento entre la población de 12 a 14 y de 15 a 17 años, respectivamente. Para este último grupo de edad, destaca que 4.1 por ciento tarda más de 1 hora y hasta 2 horas para poder llegar a su centro de estudio.
ANALFABETISMO
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) argumenta que “el analfabetismo, además de limitar el pleno desarrollo de las personas y su participación en la sociedad, tiene repercusiones durante todo su ciclo vital, afectando el entorno familiar, restringiendo el acceso a los beneficios del desarrollo y obstaculizando el goce de otros derechos humanos” (CEPAL, 2010, p. 5).
Según datos de la Encuesta Intercensal 2015, son analfabetas 19.1 por ciento de los adultos mayores de 60 y más años, 4.6 por ciento en el caso de los adultos de 30 a 59 años y 1.2 por ciento en los jóvenes de 15 a 29 años.
Otros grupos de población vinculados al analfabetismo que no deben perderse de vista son los niños de 8 a 14 años que no cuentan con la aptitud de leer y escribir un recado, así como la población de 15 y más años que cuentan con menos de cuatro años de escolaridad, los cuales son más proclives a desarrollar un analfabetismo funcional.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), “el concepto de analfabetismo ha cambiado mucho durante los últimos años. En 1958, la UNESCO definía como analfabeto al individuo que no consiguiese leer o escribir algo simple. Veinte años después, se adoptó el concepto de analfabeto funcional: una persona que aún sabiendo leer y escribir frases simples no posee las habilidades necesarias para desenvolverse personal y profesionalmente.
Siguiendo las recomendaciones de la UNESCO, en la década de 1990 se comenzaron a divulgar índices de analfabetismo funcional definiendo como analfabetas funcionales a las personas con menos de cuatro años de escolaridad” (SITEAL, 2005, p. 2).
En el país, los datos de la Encuesta Intercensal 2015 indican que el porcentaje de población de 8 a 14 años que no tienen la aptitud de leer y escribir un recado es de 2.3 por ciento, mientras la población de 15 años y más que tienen hasta tres grados aprobados de primaria es de 7.3 por ciento.
El porcentaje se estima respecto a la población que se traslada para llegar al lugar de estudio.