Alista Brugada 25 acciones para combatir la violencia vs mujeres en CDMX
CIUDAD DE MÉXICO, 21 de marzo de 2019.- El Servicio Sismológico Nacional (SSN) de la UNAM registró un enjambre sísmico de 42 temblores en las cercanías de Huatulco, en las costas del estado de Oaxaca, con magnitudes de entre 1.9 y 4.4.
De acuerdo a un comunicado, este fenómeno consiste en la ocurrencia de un conjunto de eventos sísmicos en un área específica durante un periodo relativamente corto. En este caso, el primer temblor ocurrió a las 5:31 horas del día de este jueves, y hasta las 10:30 horas se habían registrado 42.
El de mayor magnitud de la secuencia sísmica ocurrió a las 6:28 horas y fue sentido en Huatulco, así como en otras localidades cercanas a Oaxaca.
El SSN recordó que esa entidad federativa es de las de mayor sismicidad en México, y registra aproximadamente el 25 por ciento de los movimientos telúricos del país.
Los sismos son un fenómeno recurrente; cuando se ha acumulado suficiente energía en la frontera entre las placas tectónicas, ésta tendrá que liberarse mediante la ocurrencia de un nuevo sismo.
Esos eventos ocurren periódicamente en las mismas regiones geográficas, y a medida que pasa el tiempo, si en una de ellas no ha ocurrido un sismo fuerte, es mayor la probabilidad de que se registre uno. Es decir, que en las regiones donde ya se han presentado sismos fuertes, es de esperarse que vuelvan a presentarse en el futuro.
México se encuentra en una zona de alta sismicidad debido a la interacción de cinco placas tectónicas: la de Norteamérica, de Cocos, del Pacífico, de Rivera y del Caribe. Por esta razón no es rara la ocurrencia de temblores.
Cuando se presenta uno de magnitud considerable, las rocas que se encuentran cerca de la zona de ruptura sufren un reacomodo, lo que genera una serie de temblores que reciben el nombre de réplicas. Su número puede variar desde unos cuantos hasta cientos de eventos en los próximos días o semanas de ocurrido el temblor principal.
En Oaxaca los temblores son frecuentes, y se debe al contacto convergente entre dos importantes placas tectónicas, en donde la de Cocos subduce bajo la Norteamérica. La interacción entre estas placas tiene lugar en la costa del Pacífico, desde Chiapas hasta Jalisco.
Las localidades que históricamente han sido más afectadas por estos eventos son Puerto Escondido, Pochutla, Puerto Ángel, Huatulco, Loxitla, Cacahua, Jamiltepec, Pinotepa Nacional, Ometepec y Miahuatlán. Por ello, es importante reconocer el riesgo de un sismo en esa región y tomar las medidas adecuadas para la mitigación de sus daños.
Hasta la fecha, aclaró el SSN, no se cuenta con técnicas científicas en ninguna parte del mundo que puedan determinar cuándo o dónde ocurrirá un sismo; tampoco se puede saber qué tan grande será o qué efectos tendrá en la población. Estar informados acerca de estos fenómenos naturales es de gran utilidad para mitigar el riesgo en caso de un evento de magnitud considerable.
El 7 de septiembre de 2017 ocurrió un movimiento telúrico de magnitud 8.2 en el Golfo de Tehuantepec, que ocasionó graves daños en la región del Istmo, principalmente en poblados como Juchitán, El Espinal y Asunción Ixtaltepec. Éste fue un sismo intraplaca con mecanismo normal, registrado al interior de la placa de Cocos.
Algunos otros temblores importantes en el estado de Oaxaca han sido el del 15 de enero de 1931, de magnitud 7.8, y el del 30 de septiembre de 1999, de magnitud 7.4, que se originaron en el interior de la placa Norteamericana.
Otros son el del 23 de agosto de 1965, de magnitud 7.5; y del 29 de noviembre de 1978, de magnitud 7.6. Ambos provocados por el proceso de subducción; causaron daños importantes en las regiones cercanas al epicentro y varias muertes.
Para advertir las implicaciones de la ocurrencia de un sismo similar a los mencionados, es importante conocer los daños que ocasionaron estos eventos en el pasado. Por ejemplo, el del 15 de enero de 1931, con magnitud 7.8, dañó edificios públicos, así como templos y exconventos en poblaciones del Valle de Oaxaca.
Otro temblor que provocó daños graves en la zona fue el del 30 de septiembre de 1999, de magnitud 7.5, que causó varios decesos y daños importantes a infraestructura en viviendas, escuelas, hospitales, puentes y carreteras.