
México suma nuevo registro a la Memoria del Mundo de la Unesco
PÁTZCUARO, Mich., 1 de noviembre de 2016.- Según la tradición, hoy bajan las almas; vienen al reencuentro con sus seres queridos.
Y los vivos alimentan el camino con la tradicional flor de cempasúchil, para que las almas desciendan; para que en espíritu mantengan el reencuentro con los vivos.
Pan, dulce, vino, cerveza, fruta y demás son los alimentos que adornan tumbas, convertidas en coloridos y elaborados altares.
Hoy, aquí, la cera, la veladora y el cempasúchil matizan los panteones de media docena de municipios de la región lacustre y una veintena de tenencias.
Ahí destacan Santa Fe de la Laguna, Cuanajo, Ihuatzio, Zintzuntzan, la antigua capital del imperio.
Pero quien marca la regla es la isla Janitzio y sus dos pequeñas hermanas, Yunuén y Pacanda, donde el espejo del lago es reflejo de cientos de canoas que elevan plegaria, flora y valedora a manera de tributo.
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