Abanico
Todos los días, si el extremoso clima de la sierra tarahumara lo permite, cientos de rarámuris merodean los arroyos que serpentean entre las montañas para recoger cubetas de tierra de alta ley. Si la encuentran caminan cinco, siete, diez kilómetros hasta la boca de la mina y ahí venden su mercancía. Hace dos años cobraban 150 pesos por cubeta, hoy si les pagan 100 pesos es mucho. “El precio bajó”, les dicen.
De cada cubeta, las empresas extraen un gramo de oro, con valor de casi mil pesos. Esa es, lo que podría llamarse, la explotación sustentable de la minería. Pero es una pequeña parte. Datos científicos, avalados por la Organización de las Naciones Unidas, indican que para obtener un gramo de oro, las mineras usan mil litros de agua por segundo y remueven al menos una tonelada de roca y por cada 31 gramos de oro (una onza) generan 79 toneladas de desechos tóxicos.
La fiebre del oro tarahumara comenzó desde hace más de una década, pero el éxtasis se alcanzó cuando en el sexenio de Felipe Calderón empresas canadienses como Goldcorp o Agnico Eagle Mines comenzaron a producir toneladas del metal precioso, al grado de convertirse, en pocos meses, en el primer y tercer lugar, respectivamente, como productores nacionales.
Hoy en las oficinas de Goldcorp se muestra el reconocimiento de Empresa Socialmente Responsable, pero sus conflictos sociales son tales que, en Zacatecas, por instrucciones del Poder Judicial, la empresa tuvo que regresar 600 hectáreas.
En general las empresas canadienses dejan mucho qué desear. En la franja del oro tarahumara la convivencia entre narcos, mineros y rarámuris es cosa de todos los días. Los pobres son los rarámuris, a pesar de que en los últimos cinco años la producción de oro en esa sierra aumentó mil 576 por ciento y la de plata 120 por ciento. Empresas canadienses como Agnico, Goldcorp, Golfields, o Cour Da Alene, han recibido concesiones por parte del gobierno federal y ahora se dividen la sierra tarahumara, con proyectos por mil 500 millones de dólares.
Un caso curioso es el de la minera canadiense Gammon Lake que anunció el pago de un peso por metro cuadrado de terreno para solucionar un conflicto con los ejidatarios de Nombre de Dios y Cerro Pelón, en el municipio de Ocampo, en Chihuahua. Los e3jdiatarios y tarahumaras, se quejaron de daños a las dos mil 600 hectáreas del núcleo ejidal, sobre los cuales la empresa construyó su mina a tajo abierto para extraer oro y plata.
Ese es sólo uno de los muchos conflictos que han estallado en la sierra tarahumara por parte de las mineras, sobre todo, canadienses. Pero en todo el país hay acusaciones contra ellas. En Guerrero, en Oaxaca, en Chiapas, en Sonora y en Zacatecas hay problemas. En total se calcula que en estos momentos hay más de 200 conflictos medioambientales ocasionados por las mineras.
Ensucian más de lo que producen
Según la Secretaría de Economía, la minería es la tercera industria captadora de inversión, después del petróleo y las exportaciones automotrices y electrónicas. Por eso, desde la Bolsa de Valores de Toronto llegan voces para que se les otorgue a los concesionarios canadienses seguridad en la tenencia de la tierra, mientras que la Cámara Minera de México dice que, por esa inseguridad, hay retraso de inversiones y de proyectos. Ambos piden que a las actuales leyes mejor ni se les mueva un párrafo. Actualmente casi no pagan impuestos y está en estudio la posibilidad de cobrarles una regalía de cinco por ciento.
¿Qué dan a cambio? Según la Secretaría de Economía tan sólo en un año se crearon 307 mil empleos directos en el sector y un millón y medio indirectos.
Lamentablemente, en sustentabilidad, están reprobadas. Hace apenas unos meses, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, dio a conocer sus cuentas nacionales ecológicas, en las cuales señala que la minería causa un deterioro ambiental equivalente a 242 mil 274.7 millones de pesos.
Si se compara esta cifra con los datos de Proméxico en el sentido de que el valor de la producción minera es de tan sólo 16 mil 761 millones de dólares, menos de 200 mil millones de pesos, resulta que en términos generales, las empresas mineras, sobre todo las canadienses, ensucian más de lo que producen.
Incluso, Proméxico señala que a pesar del crecimiento de más de dos dígitos en la minería (46 por ciento nada más en 2011, antes de que los precios de los metales comenzaran a descender) esta industria representa el dos por ciento del Producto Interno Bruto.
Pero en materia de contaminación representa el 25 por ciento del total, calculado por el INEGI en 985 mil 207.4 millones de pesos. Es más, las cuentas ecológicas nacionales señalan que la industria minera sólo invierte 20 mil millones de pesos en conservación del medio ambiente, cifra que representa menos del 10 por ciento de lo que contamina. Incluso, hasta el costo por agotamiento de hidrocarburos es de 241 mil 452 millones de pesos es menor al gasto ecológico de la minería.
Pero eso sí, México ya ocupa el cuarto lugar mundial en exploración minera y pasó, en cinco años, del lugar 30 al sexto en producción de oro. Como dice el filósofo del metro: el oro no es otra cosa que lágrimas secas de Dios por el dolor de la tierra.
Tianguis
Siguiendo con el tema de la minería, Banamex realizó un análisis interesante sobre el comportamiento de las empresas del ramo. En el cual dice que “México sigue siendo el mejor mercado en el sector minero latinoamericano, y los productores locales cuentan con activos, estados financieros y disciplina de capital”, por lo que son supervivientes del “fin del superciclo”. Y considera “inevitable pero menos negativo que los titulares de prensa”, el hecho de que haya una regalía minera de cinco por ciento. Pero, dice, “las compañías mineras solicitan compensaciones, por ejemplo, por pagos de derechos existentes e inversiones locales”… Otro estudio que vale la pena es el del INEGI sobre las clases medias, según el cual el 42.4 por ciento de los hogares, en donde vive el 39.2 por ciento de la población total del país, son de clase media; 2.5 por ciento (en los que vive 1.7 por ciento de la población) son de clase alta, mientras que 55.1 por ciento de los hogares donde desarrolla su vida el 59.1 por ciento de la población mexicana, son de clase pobre… Banorte anunció la adquisición de su participación de 49 por ciento restante de sus alianzas estratégicas con Generali en seguros y pensiones por 858 millones de dólares. Mediante un acuerdo con Assicurazioni Generali (Generali) tendrá el 49 por ciento que aún no poseía de Seguros Banorte Generali por 637 millones, y el 49 por ciento que aún no detentaba de Pensiones Banorte Generali por 221 millones de dólares. Con esto, Banorte tendrá 100% de ambos negocios. Un nuevo gol del banco mexicano y de los descendientes de Don Roberto González Barrera… Otro de sus descendientes, Carlos Hank González, director general de Grupo Hermes, dijo que México le está demostrando al mundo que “podemos competir, ganar y cumplir en cualquier lugar del planeta”, durante la llegada e instalación de generadores de energía con vapor de Grupo Hermes a Sadara Chemical Company, la petroquímica más grande del mundo construida en una sola etapa, en Arabia Saudita… Coca-Cola de México dio a conocer la designación de Selman Careaga como nuevo vicepresidente de Mercadotecnia para la filial en México, en sustitución de Marisol Angelini, quien será vicepresidenta de Marcas Globales de Estilo de Vida Activo, basada en Atlanta, Georgia, en los Estados Unidos. Selman es mexicano y ha desarrollado diversos cargos en Coca-Cola, como la dirección de Mercadotecnia para Bebidas No Carbonatadas y la dirección global de Mercadotecnia para las marcas Sprite y Fanta… Consorcio Conproca informó que en el conflicto con Pemex se realizó la audiencia final para presentación de alegatos y que en esta instancia la paraestatal no argumentó actos de corrupción o cohecho por parte del Consorcio.
QMX/rfv