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CIUDAD DEL VATICANO, 9 de enero (Quadratín México).- El dinero no puede reemplazar a la solidaridad de corazón y al compromiso de generosidad personal, aseguró Benedicto XVI, al advertir que quien “no es capaz de donar un poco de sí mismo, da siempre muy poco”.
El pontífice pidió que las relaciones humanas, sobre todo las más importantes, sean impulsadas por la generosidad y el amor. “Quienes desean entrar verdaderamente en contacto con los demás deben pensar más allá del dinero y las cosas materiales”, sostuvo.
En su catequesis semanal, ante más de dos mil personas congregadas en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Papa reflexionó sobre la figura de Jesús y explicó que, “haciéndose carne”, Dios quiso convertirse en don para los hombres, se entregó por ellos y asumió su humanidad para donarle su divinidad.
El líder del catolicismo añadió que esa presencia divina se puede olvidar particularmente en el periodo navideño, un tiempo en el que “a veces se dedica mayor atención a los aspectos exteriores, a los colores de la fiesta, en lugar de estar atentos al corazón de la gran novedad cristiana que celebramos”.
Convocó a “recuperar el asombro ante el misterio, dejarse envolver por la magnitud de este acontecimiento: Dios recorrió como un hombre nuestros caminos, entrando en el tiempo del hombre y no lo hizo con el esplendor de un soberano, que con su poder somete al mundo, sino con la humildad de un niño”.
“Dios no se detuvo en las palabras, sino que nos mostró cómo vivir, compartiendo nuestra propia experiencia, salvo en el pecado”, indicó.
Se trata, ponderó, de una forma de actuar que debe impulsar a los creyentes a preguntarse sobre el “realismo” de la fe, que no debe limitarse a la esfera del sentimiento o de las emociones sino que debe entrar en el ámbito concreto de la existencia, “debe tocar nuestra vida de cada día y orientarla también de modo práctico”.
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