DINTEL: A los ex presidentes “justicia y gracia”; al resto de los mexicanos, “la ley”

04 de enero de 2013
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9:07
Abelardo Martín

No cabe duda que en México la justicia tiene distinto rasero, no es equitativa, lo que profundiza aún más la desigualdad y las diferencias y, hace mexicanos de primera. A partir de ahí, puede ponérsele el lugar que sea.

Con eso también que, anulada no solo la igualdad, sino la fraternidad y, si acaso, solo se preserva la legalidad de los tres pilares de la República Francesa: legalité, fraternité y equalité.

Por ejemplo, las recientes modificaciones a la Ley Federal del Trabajo ofrecen mejores condiciones para el capital que para el trabajo. Adiós a la antigüedad laboral, el patrón puede despedir al personal con menores consecuencias y otras nuevas disposiciones que dejan con más fragilidad al trabajador.

Eso se justificaría si, también, a los ex presidentes se les redujeran, en proporción, canonjías y privilegios que se prolongan por toda la vida, pagados –por supuesto– por el erario público. Un ex presidente, independientemente de su edad, recibe una pensión equivalente a varios miles de dólares al mes; mantiene ayudantes o guardias permanentes las 24 horas del día con elementos del Estado Mayor Presidencial. No tienen que preocuparse de reducciones en sus percepciones y no se sabe si sus ingresos están gravados por el fisco.

Son mexicanos de primera, a los que las leyes laborales, aún cuando son empleados, no les afecta como al resto de sus compatriotas.

La Segunda Comisión de la Comisión Permanente dictaminará en su próxima reunión -el martes próximo– la propuesta del diputado Ricardo Monreal, por el que se exhorta al Ejecutivo federal derogue el decreto del 29 de noviembre de 2012, por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones del reglamento del Estado Mayor Presidencial, relacionadas con los servicios a ex presidentes. .Esta polémica por el gasto que genera mantener a los ex presidentes resurgió cuando se supo que, en el último día de su mandato, el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa modificó el Reglamento del EMP para garantizar la seguridad de los ex gobernantes y la de sus familias.

Al respecto, un estudio del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI), revela que algunos ex presidentes reciben hasta 205 mil pesos al mes de pensión vitalicia. Otros, como Ernesto Zedillo Ponce de León y Carlos Salinas de Gortari, renunciaron a este sueldo y únicamente reciben cada mes 10 mil 476 pesos para cubrir el pago de seguro de vida y gastos médicos mayores. De acuerdo con una investigación de Ernesto Villanueva, investigador de Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM -donde coordina el área de Derecho a la Información-, un ex mandatario mexicano recibe en promedio 2 mil 667 salarios mínimos mensuales, sin contar bonos y otras prestaciones. Así, éstos tienen una bolsa de 5 millones de pesos para su pensión vitalicia, además de apoyos de seguridad y ayudantes con personal del EMP, así como el pago mensual de servicios telefónicos, derecho a automóvil, y pago de derechos y mantenimiento; sin descontar el pago de servicios públicos domiciliarios para sus residencias como predial, jardinería, luz y limpieza, entre otros. Además de la pensión vitalicia, los ex mandatarios mexicanos cuentan con servicios de seguridad permanente para él y su cónyuge con un promedio de 67 elementos de las Fuerzas Armadas. Todo este personal recibe sueldo, viáticos y sobresueldos en caso de viajes.

Estos datos demuestran y confirman que, en efecto, hay mexicanos de primera que reciben privilegios ad perpetuam, mientras el resto tiene que rascarse con sus propias uñas. Las modificaciones a las leyes laborales podrían ser un poco menos injustas y discriminatorias. Los hechos hablan.

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QMX/am

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