
Ráfaga
Ambos hechos, programados o no, contribuyen a quitarle presión a las inquietudes y permiten dar cauce al descontento, sin que ocurran actos extremos.
El movimiento post electoral promovido por el candidato perredista perdedor Andrés Manuel López Obrador, mantiene vigente su lucha contra la oligarquía, se diluye en el tiempo y, sin proponérselo, da vigencia a las instituciones electorales por más vapuleadas y desprestigiadas que estén.
Como siempre, Diego Fernández de Cevallos ya salió al rescate del panismo formal que estableció alianza con el PRD y criticó al candidato López Obrador cuya acción es un chantaje, con el argumento de que o le dan gratis la Presidencia o les “apesta” el pueblo. “Siempre me ha parecido que es un tipo loco y violento; eso no es honorable, no es honesto y no es democrático. Es un embustero, un falsario, un tipo violento y agazapado, eso no le conviene a la izquierda, no le conviene a los pobres y no le puede servir a México”, subrayó
Paralelamente, el IFE consideró que el Tribunal Electoral debe desestimar la mayoría de las 8,946 pruebas presentadas por el Movimiento Progresista, pues los videos, testimonios y “escritos ciudadanos” no fueron acompañados de una denuncia penal, lo que nulifica su “fuerza probatoria”. En el informe circunstanciado que envió al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), el IFE considera que las 2,902 tarjetas de teléfono o beneficios y las 3,177 tarjetas de Soriana o Monex no fueron acompañadas, cada una, de una denuncia ante la autoridad o fedatario público. Lo mismo ocurría, dice, con las 1,143 pruebas documentales. El Movimiento anexó sólo 13 comparecencias ante notario público y 18 denuncias ante el Ministerio Público. De las 8,946 pruebas presentadas, alrededor de 3,536 (casi una tercera parte) no corresponden a la elección presidencial, sino a procesos electorales de senadores, diputados o de gobernadores.
Los hechos revelan que las denuncias respecto a la nulidad de la elección presidencial se desvanecen por inconsistencia, que disminuyen quienes están dispuestos a salir a las calles y continuar manifestándose, que los trabajos del Trife para declarar la validez del proceso electoral continúan y, sobre todo, que los mexicanos están cansados de la “grilla” mexicana y ya quisieran recuperar el rumbo, hacia donde se avanza lo quieran o no las cúpulas, estén dispuestos o no los integrantes de una clase política acostumbrados a defender solo sus intereses personales o partidistas.
O sea que, claramente se ve que ya es momento de ir, como dice el refrán, “a otra cosa, mariposa” y no quedarnos atorados como mulas de noria dando vueltas a lo mismo.
QMex/am