DINTEL: Confundidos y aturdidos

05 de junio de 2012
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9:10
Abelardo Martín

A gran parte del electorado le ocurre algo similar a lo que le pasa al ex presidente Vicente Fox: esta afiliado a un partido que le dio todo, pero del que hoy se avergüenza o al que no merece más su apoyo.

El ex presidente todavía hasta hoy, es activo militante panista, que reconoce en Enrique Peña Nieto al puntero en la elección presidencial por lo que sugiere a la ciudadanía se sume a él. Esto es digno de análisis psicológico porque piensa algo, dice otra cosa y hace otra cosa.

El día de la elección, en la intimidad de la casilla, con el marcador en la mano, ¿puede uno imaginarse al ex presidente panista sufragando por el PRI? Hay muchos que afirman que Fox no quiere a su partido, lo que revelaría la superficialidad y fragilidad de su militancia en el PAN.

Vicente Fox, pidió cerrar filas con quien “se perfila” como ganador de la elección presidencial. Rechazó un repunte de Andrés Manuel López Obrador en las encuestas. Y, puso en duda la autenticidad del movimiento #Yosoy132.  “Debemos cerrar filas atrás de quien vaya a ganar, no sé en este momento quién vaya ganar, es claro que se perfila un ganador y debemos de apoyar para que podamos resolver los problemas”, indicó.

“El caso de López Obrador se ha inflado artificialmente”, dijo, y aseguró que la distancia entre el priista y sus rivales es mayor.  “El día de hoy las encuestas continúan igual. No hay tal que la encuesta se cerró y que ahora son 4 puntos de diferencia, no…”siguen siendo arriba de 15 puntos, más concretamente son 18 puntos de diferencia que lleva Enrique Peña Nieto sobre quienes están prácticamente en un empate técnico, Josefina Vázquez Mota, y que es López Obrador”, refirió.  “Yo creo que (la de AMLO) es una propuesta del pasado, una propuesta de gobierno que parece más del siglo XX que del siglo XXI… No va a prosperar en nuestro país”, anticipó.   “Sí, hice todo lo que estaba en mi terreno dentro de la ley para que este cuate no llegara a presidente”, dijo respondiendo a una pregunta sobre el tema, el pasado 17 de abril en un encuentro con universitarios en Tijuana, Baja California.  “¿A quién le podemos creer? ¿Al López Obrador de hace 15 años incendiando pozos; al López Obrador de hace 10 años descalificando todas las instituciones y aguerrido como nadie había sido en procesos electorales, o al López Obrador de la pequeñísima etapa del amor, o al López Obrador de hoy, contestatario otra vez?”, dijo este domingo.

En el priismo hay quien, no con poca razón, ve en el llamado foxista un dardo envenenado cargado de maldad. Al ver que el barco panista se hunde, lo abandona, se acomoda, con lo que oculta la parte de responsabilidad que le corresponde en la debacle.

Por eso, Gustavo Madero Muñoz , el dirigente panista le reviró: “No me ayudes, compadre” y una vez concluido el proceso electoral se analizará un eventual proceso de expulsión contra Fox Quesada, como ocurrió con Manuel Espino.  El partido continuará enfocado en el apoyo a la abanderada presidencial Josefina Vázquez Mota e insistió en  que no comparte su visión respecto a que la democracia en el país está totalmente consolidada.

La candidata, por su parte, respondió a Fox: “la democracia y la libertad se cuidan todos los días y “el mayor peligro para México es el regreso de un gobierno autoritario”.  Otro agraviado por las declaraciones de Fox, el candidato de izquierda, Andrés Manuel López Obrador calificó como una “canallada” e “inmoralidad” su llamado a cerrar filas con el candidato Peña Nieto, quien ayer mismo, salió al paso en una entrevista, para agradecer las muestras de apoyo a su proyecto de gobierno de quienes militan o no en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), “de quien vengan, de quienes militan o no son bienvenidas y no tengo más que agradecimiento a quienes se pronuncian en favor de este proyecto”. También dijo que espera lograr el respaldo mayoritario de la sociedad mexicana, “estamos dentro de un proceso democrático de competencia democrática y lo que vengo buscando no es sólo el respaldo de quienes militan en mi partido sino de amplios sectores de la sociedad”, detalló.

Lo que sobresale en todo este argüende es que el ex presidente no tiene y seguro no tuvo, respeto por los ciudadanos y menos por los militantes o los ideales de su partido. Su objetivo puede ser confundir y, en la confusión, ganar.

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