Libros de ayer y hoy
Sin ninguna duda, la única condición para el auténtico progreso y la felicidad es la paz. Con ella se puede todo, sin ella, nada.
Por eso es que el gobierno de Felipe Calderón perdió el rumbo del país que, inició, cuando inició una costosa guerra que trajo altísimos costos en vidas humanas, en dinero y en el desvío del camino.
Desde el periodo de transición del gobierno del presidente Peña Nieto, se propuso la recuperación de la paz, sin que ello implique, obvio, claudicación frente al delito, los delincuentes y la terrible impunidad.
No es fácil recuperar la noción de paz cuando durante seis años se hizo una perversa y muy efectiva mercadotecnia de la violencia, no solo por los terribles hechos, sino porque se obligó a todo funcionario a aplaudir o seguir el discurso calderonista.
Ahora comienza a haber resultados con un nuevo manejo comunicacional de los temas de seguridad y violencia.
Afortunadamente para la sociedad y medios, la difusión de actos violentos ha ido a la baja, informa el Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia por parte de los medios firmantes durante el periodo diciembre 2012 a febrero 2013.
En una revisión integral de los procesos de comunicación de la violencia, el estudio incluye a las fuentes gubernamentales. Los espacios de la prensa del centro del país dedicados al tema se redujeron a la mitad, en comparación con el periodo comprendido entre diciembre de 2011 y febrero de 2012 (un año anterior a los tres primeros meses de gestión de Peña Nieto).
Por ejemplo, la palabra “asesinatos” disminuyó su presencia en las portadas de la prensa del D.F. en un 50 %; mientras que el uso de las palabras “crimen organizado” y “narcotráfico” se redujo en las portadas un 50.2% y un 54.6%, respectivamente, dice el reporte.
En el caso de los noticiarios de televisión abierta, la presencia de las palabras “crimen organizado” y “narcotráfico” bajó un 70.2% y un 44.2%, respectivamente. En televisión de paga, las mismas palabras dejaron de pronunciarse un 65% y un 41% durante el periodo analizado. En cambio, la prensa y los medios audiovisuales de los estados del país no han dejado de considerar entre sus titulares principales el tema de la violencia relacionada con el crimen organizado. La menor presencia de la información relacionada con la violencia y los delitos asociados con la delincuencia organizada en los medios con influencia nacional se vincula directamente con el cambio sustancial en la política de comunicación del gobierno federal.
Por un lado, el combate al narcotráfico y la “guerra” desapareció del discurso presidencial, a diferencia de la administración anterior; mientras que la Secretaría de Gobernación ha absorbido –como le corresponde– el manejo de la información oficial sobre el tema.
Al mismo tiempo, el gobierno federal suspendió la exhibición ante los medios de comunicación de personas detenidas por delitos federales. Esa estrategia, que privilegia el principio de presunción de inocencia y el respeto al debido proceso, se inscribe en el sentido de las recomendaciones que el Observatorio ha venido formulando en sus diferentes informes. Sin embargo, hasta la fecha, de manera formal no se han hecho públicos los criterios para el manejo informativo de la violencia asociada con la delincuencia organizada, ni para la información sobre personas detenidas.
Tampoco hace falta, porque como se ve, los caballos ya van delante de la carreta. Eso basta y sobra para que vayan y no pierdan el camino de la paz.
QMX/am