DINTEL: En seguridad nacional, más acción y menos bla, bla, bla

17 de septiembre de 2012
 , 
0:15
Abelardo Martín

La prioridad calderonista de seguridad fracasó y el próximo gobierno no va a cometer los errores individuales y de equipo ocurridos  durante los últimos seis años. Se acabó la mercadotecnia de la violencia y se opta por una estrategia de mucha acción. La seguridad debe sentirse, no difundirse.

El hecho de que se haya dado tanta difusión al encuentro sostenido entre los presidentes, saliente y entrante, obedece a la estrategia calderonista de hacer transexenal el tema de la seguridad. El equipo del presidente electo simplemente dejó que corrieran las cosas, porque se sabe que prolongar el fracaso del programa de Felipe Calderón acarrearía consecuencias letales para la salud de la próxima administración gubernamental.

Entre las informaciones más delicadas que debió recibir el equipo que encabezan Miguel Ángel Osorio Chong y Roberto Campa Cifrián,  del equipo entrante está, sin duda, el número actualizado de muertos por la llamada guerra contra el crimen organizado y el narcotráfico. La última contabilidad publicada ocurrió en mayo de 2011 (hace mas de 15 meses) cuando los muertos eran más de 50 mil. De acuerdo a datos extraoficiales la cifra oscilaría en un promedio de más de 12 mil por año, aunque hay quienes afirman que superaría los 75 mil decesos.

Uno de los temas de fondo que se plantea el equipo entrante es la permanencia de miembros del Ejército y la Marina en temas de seguridad. La irrupción de sus elementos en seguridad pública los puso al alcance de las redes delincuenciales, los enfrentó en sus funciones a las policías federales y estatales y creó una confusión entre la autoridad y el mando. Es conocida la desconfianza, el recelo y la confusión respecto de las actuaciones de la Secretaría de Seguridad Pública federal respecto de soldados y marinos en casi todos los estados de la república.

En el círculo próximo al presidente entrante priva la opinión de que Peña Nieto intentará devolver prestigio, prestancia y eficacia al Ejército y a la Marina, a la vez que desde los sistemas de la Secretaría de Seguridad Pública se intentará poner orden pues no se explica que, a pesar de todos los exámenes y pruebas, la desconfianza continúe siendo uno de los problemas de la policía.

En este aspecto el trabajo de inteligencia pretende ser reconstruido y re-actualizado, pues por afanes populistas fue despreciado y desmantelado. En materia de seguridad, la política por venir será de mucha acción y, la percepción que se construya, no por la publicidad y la propaganda, será por una sensación diferente. La seguridad no entra por los ojos o los oídos (los medios), sino por la libertad y la autonomía de movimiento de los habitantes del país.

El presidente Felipe Calderón Hinojosa y el mandatario electo Enrique Peña Nieto iniciaron en Los Pinos la transición con los temas de seguridad pública porque es prioridad del gobierno saliente. Peña Nieto agradeció a Calderón compartir información y el diagnóstico que le permitan “tomar decisiones de manera oportuna, en un tema tan sensible, delicado e importante para los mexicanos”. Calderón instruyó a su gabinete de seguridad realizar reuniones periódicas con el equipo de Peña Nieto para mantener el intercambio de información.

Seguridad, sin duda, será prioridad, pero su instrumentación y manejo será totalmente diferente. Más de uno de los colaboradores cercanos de Peña Nieto sabe la trampa que representa el tema como prioridad de gobierno. La experiencia dice que Calderón, en este tema perdió y se perdió.

 

QMex/am

Te podria interesar