Teléfono rojo
No creen los analistas y politólogos que la elección transcurra pacíficamente y que el acto más atrevido de apoyo del presidente Calderón a la candidata panista, Josefina Vázquez Mota, haya sido alcanzarla el sábado y saludarla en la Hacienda de los Morales, donde comió con gobernadores y panistas destacados, después de su cierre de campaña en la plaza de toros.
Después del fallido golpe contra la banda del “Chapo” Guzmán, lo más destacado del panorama electoral son las aclaraciones, precisiones y apostillas del ex presidente Vicente Fox, quien si hubiera un premio al personaje de estas elecciones, sin duda lo ganaría por abrumadora mayoría.
“El Churchill mexicano” le dicen algunos porque fue capaz de trasladarse de los conservadores a los laboristas, en este caso, al lado del priIsta Enrique Peña Nieto, a quien ve como la posición ganadora a la que debe sumarse la mayoría.
Reiteró lo que había dicho en Nuevo León hace unas semanas: “Esperé tres cuartas partes de campaña con mi candidata. No hice campaña, pero estuve allí. Mi lealtad es con la democracia, con el pueblo de México”, sostuvo.
“Si otros se echan al barranco, yo no”, precisó.
El ex presidente Fox afirmó al diario hispano El País que no se puede juzgar al PRI por su pasado autoritario, como el PAN tampoco se puede quedar para siempre en la Presidencia “porque la democracia significa alternancia”.
Sin embargo, “no cree” que votaría por el PRI, aunque se vuelca en elogios para el aspirante presidencial priista, quien “gobernó democráticamente el Estado de México”, y lleva una delantera de 17 puntos de ventaja en las preferencias electorales.
Anticipó Fox lo que piensa hacer Peña Nieto, en caso de que gane las Presidencia, que es no buscar la imposición de una dictadura, sino una relación armónica entre el Ejecutivo y el Legislativo. Fox explicó que la delantera del priista es la razón por la que pide el voto útil para Peña Nieto. Además, insistió en su furibunda crítica al candidato López Obrador y repitió que tiene un discurso “demagogo y mentiroso” y, agregó:
“ Este tipo es un fanático de sí mismo, es un López Chávez. México no puede ser Venezuela.”, respondió. “No odio a nadie. Respeto muchísimo la social democracia”.
Respecto a sus críticas a Felipe Calderón en temas como el combate al narcotráfico, la violencia y el aumento de la pobreza, aseguró que no actúa en venganza “por dos o tres hechos públicos” en los que Calderón lo habría ninguneado, sino porque –dijo– “quiero lo mejor para mi país y para mi familia”.
“Tomar venganza no es mi estilo, no necesito de eso; no busco fama, ni gloria, ni poder”, aseveró. Incluso, aseguró que su llamado no es para votar por el PRI, sino para cerrar filas alrededor del ganador. Pero insistió: “El ganador está a la vista; sólo (Andrés Manuel) López Obrador no quiere verlo”.
“La administración del presidente Fox ha sido la mejor que ha tenido este país”, dijo sin asomo de modestia. Con respecto al sexenio de Calderón, reconoció la reducción de la deuda, pero insistió en su crítica y rechazo a la estrategia contra el crimen organizado y a la participación del Ejército en la misma, pues “hay un sinnúmero de violaciones a los derechos humanos”. También dijo que con Calderón “regresamos a la pobreza anterior”.
Ojalá que estas afirmaciones llenen el espacio de miedo, de zozobra que flota en el ambiente y de aquí no pase. Todos le viviremos agradecidos.
QMEX/