Genio y figura
De entrada, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto obtuvo ya un buen resultado de la visita que hará el presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, a la capital mexicana: la agenda tratará asuntos económicos, no solamente los relativos a la seguridad.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, centrará su visita a México y a Costa Rica en el desarrollo económico, asunto clave para el futuro del hemisferio, anunció la Casa Blanca. La directora del Consejo de Política Doméstica, Cecilia Muñoz, informó que Obama abordará también temas de seguridad y narcotráfico, pero no serán el centro de su visita.
“Hemos estado trabajando juntos con el gobierno de México sobre el narcotráfico y esto seguro que va a seguir. Tenemos que ser buenos socios, tenemos que tener éxito juntos en contra del narcotráfico”, señaló en una entrevista con la cadena Univisión. “Pero el tema de la reunión es el desarrollo económico, que sirve no sólo al pueblo mexicano, sino a todo el hemisferio”, enfatizó la funcionaria estadounidense de origen boliviano.
Los especialistas en el tema de las relaciones México-Estados Unidos saben que los asuntos vinculados al narcotráfico y terrorismo ponen a la vecindad en un callejón sin salida, cuando que los verdaderos asuntos de fondo están enmarcados por la economía, es decir que si la perspectiva de la agenda es ésta, los vínculos se enriquecen, de la otra forma, se entrampan.
Una de las mejores etapas en la relación mexicano-estadounidense es, precisamente, la que se vivió en la etapa anterior a la firma del Tratado de Libre Comercio y la que le siguió, hasta el ataque terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York.
Por eso, la visita que realizará el presidente Obama este jueves a México, ocurrirá en medio de un debate intenso del tema migratorio en Estados Unidos. Al respecto, el director de la organización pro inmigrante América’s Voice, Frank Sharry, dijo que la reforma migratoria es un asunto ”prioritario” en las relaciones bilaterales, como lo han expresado las autoridades mexicanas.
A su vez, el embajador de México en Washington, Eduardo Medina Mora, sostuvo que el encuentro entre ambos mandatarios será una oportunidad para ”relanzar” la relación bilateral. Este, sin duda, es el meollo del asunto, como restablecer la relación no solo de vecindad sino con el país más poderoso del mundo, después de los descuidos, desencuentros y errores cometidos en la política exterior mexicana en los últimos dos sexenios.
El Canciller José Antonio Meade dijo que “México es actor, es contraparte y es interesado en los dos debates, no se puede pensar en una reforma migratoria sin un diálogo cercano con México como el que está habiendo a diario”. Agregó: “La expresión de la importancia que para México tienen esos temas, y la generación de una estrategia para tratar de que los dos temas tengan un resultado que sea positivo para México, no exige ni de estridencias ni de declaraciones mediáticas escandalosas”, expuso.
El Canciller señaló que hay un papel multidimensional en el que participan el Gobierno, la comunidad y las empresas.
La visita que hace dos semanas hizo a Washington el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, puso en su lugar y en su relevancia los temas de la agenda bilateral. Ahí estriba el primer buen resultado de una mayor y mejor atención por parte de México a la agenda bilateral.
De otra forma, la inercia y entrampamiento de la agenda de seguridad hubiera encasillado tanto a estadounidenses como al nuevo gobierno mexicano, lo que hubiese resultado fatídico, en tanto inicia un nuevo periodo gubernamental.
Al ampliarse a temas económicos la agenda se abre y permite el análisis de todos los temas en los que ambos países no solo están abocados, sino que tienen intereses reales. Es obvio que para los Estados Unidos el tema del terrorismo es prioritario, como también lo es para México, pero que bueno que en la propia Casa Blanca se anunció la prioridad, lo que produce alivio en México.
La llegada del presidente Obama es ya inminente y ojalá se logre romper un ciclo de improductividad o entendimiento insuficiente entre dos vecinos.
QMX/am