Ráfaga/Jorge Herrera Valenzuela
Primero fue el movimiento político-juvenil-filoperredista que perjudicó (con sus resultados) la ruta del candidato presidencial ganador, el priista Enrique Peña Nieto, y también la de Andrés Manuel López Obrador, a cuyos estrategas se atribuye el aliento de este movimiento.
A veces a los números también se les da, exactitud aparte, características esotéricas. Por ejemplo se les ubica como “de mal fario” al 13 y algunos otros al 7. Es en realidad la coincidencia de acontecimientos que hicieron correr las leyendas al paso del tiempo.
Por ejemplo, para algún priista cuya casa tenga el número 132, tendría que cambiarlo por letras o borrarlo y “brincarse” la numeración como se hace en gran cantidad de edificios altos a los que se suprime el piso 13 y simplemente, la numeración del elevador salta del 12 al 14, sin que nada ocurra.
El conflicto político de moda actual también tiene número: el aprovechamiento de la banda ancha identificada como 2.5 GHS, que ha enfrentado al gobierno del presidente Calderón, a través de la vocera presidencial, Alejandra Sota, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez Jácome; el ex secretario del Trabajo y senador electo y con fama de peleonero, Javier Lozano Alarcón, en contra del concesionario y accionista mayoritario de MVS, Joaquín Vargas Guajardo.
La política (por supuesto que economía y finanzas, tampoco), de ninguna manera es ciencia “exacta”, como presumen serlo (y lo son) aritmética y matemáticas. Para muchos, inclusive, cuesta trabajo hablar “con números”, pues divagan y se pierden o distraen con asombrosa facilidad.
#yosoy132 pretendió convertirse en símbolo o ícono como ocurrió con la imagen del revolucionario Ernesto “Che” Guevara, o con la del subcomandante Marcos, que traspasaron fronteras y conquistaron el mundo.
Tanto el movimiento juvenil surgido en la univerdidad Iberoamericana, como la discusión pública acerca de la banda 2.5 GHZ, atraparon la atención y abrieron espacios político y mediáticos antes cerrados. Será por la contundencia de los números que por su claridad abrieron mentes, puertas y foros, que refrescan el ambiente político y social.
Ambos acontecimientos han colocado en el ánimo y la discusión pública temas tan otrora cerrados como el valor y la expedición, arreglo o acuerdo de concesiones de aprovechamiento del espectro radioeléctrico que incluyen la transmisión de voz, datos e imagen.
Es de reconocerse la valentía y la mesura con la que Joaquín Vargas, el propietario de MVS ha explicado la situación jurídica de la banda 2.5. También que la vocera presidencial y el titular de Comunicaciones y Transportes, como autoridad, expliquen el fondo del problema, mas alla de los normales dimes y diretes que envuelven estos hechos.
El #yosoy 132 se abrió espacio en política y medios y la banda 2.5 GHZ sacude a concesionarios de radiodifusoras, televisoras y empresas de servicios de telecomunicaciones que ven como se recortan las barbas del vecino, mientras ponen las suyas a remojar. El gobierno entrante que encabezará Enrique Peña Nieto, toma nota y experimenta en cabeza ajena, porque no hay desperdicio.
Cuestión de números y de sus consecuencias ahora, también, en la política..
QMex/am