
Alfa omega
Algún ingrediente mágico debe tener el priismo para, en un abrir y cerrar de ojos, alcanzar la cohesión, la unidad y recuperar el presidencialismo que tanto extrañan y añoran los mexicanos.
La envidia debe corroer a Vicente Fox y más a Felipe Calderón, los ex presidentes panistas que intentaron hasta el cansancio someter, mejor dicho alinear, al Partido Acción Nacional, sin lograrlo y prolongar de esa forma la era panista.
Desde el cielo (o el infierno, ¿quién puede garantizarlo?) los ex presidentes priistas, de Plutarco Elías Calles para acá, deben sentir legítimo orgullo de que Enrique Peña Nieto haya recuperado la unidad y la línea entre su gobierno y su partido.
Hay dos personajes a quienes se debe el trabajo de cohesión: Manlio Fabio Beltrones, hoy líder de la fracción tricolor en la Cámara de Diputados; y Emilio Gamboa Patrón, en la de Senadores, quienes sostuvieron contra viento y marea al priismo y hoy son los artífices de la nueva era revolucionaria que encabeza Enrique Peña Nieto. Por eso tiene razón el senador azul, Ernesto Cordero, quien dice que hoy se gobierna desde el Congreso.
El PRI formalizó su reconstrucción y refundación en partido de gobierno, gracias al cambio a sus estatutos, lo que permitirá a los priistas apoyar las reformas hacendaria y energética que impulsará el gobierno del presidente Peña Nieto.
Las modificaciones a sus documentos básicos posibilitan a gobernantes y legisladores del PRI proponer y discutir el probable cobro del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en alimentos y medicinas, así como la apertura de algunas actividades del sector petrolero al capital privado. Esta “cirugía” a los estatutos priistas es emblemática de que el Revolucionario Institucional deja atrás los 12 años de oposición.
El PRI dio un giro de 180 grados en su posición respecto al IVA en alimentos y medicinas, así como la participación del capital privado en el sector petrolero, luego de que desapareció “candados” hoy inútiles.
Por eso, el primer militante priista del país, Enrique Peña Nieto, expresó:
“Cuando hubo alternancia, (el PRI) supo ser una oposición responsable. Lejos de lamentarse, el PRI trabajó para levantarse”, afirmó en la XXI Asamblea Nacional del PRI -donde estos cambios fueron concretados-, y celebró la decisión de los delegados. La reforma al Programa de Acción, Estatutos, Estrategias y Declaración de Principios del PRI -documentos en los que se basa la doctrina y acciones de los militantes de ese partido- transforma la idea que de sí mismo tiene el partido.
Para 2013, el PRI se constituye como coadyuvante en la labor de gobierno, en el contexto de un “Estado eficaz”. Las divisiones internas son ya del pasado y la unidad se festeja con caras sonrientes, con la seguridad de que se recuperó el gobierno, nada más falta restablecer, también, la gobernabilidad, eso es lo difícil.
QMX/am