Navidad y tinieblas
En Europa es el principal problema, pues determinó primero el incremento de la corriente de inmigrantes que, como fuera, llegaban en busca de oportunidades. Ahora no solo los extranjeros no tienen empleo y hay ya también muchos europeos que carecen de ocupación. Casi ningún país se salva aunque sea España el mejor botón de muestra.
En México, la falta de empleos suficientes y bien remunerados se ha agravado en los últimos años, por más que este gobierno se haya auto-propuesto tener al “presidente del empleo”. Qué, después del de seguridad, es el fracaso más rotundo de las políticas públicas, que se intenta atenuar con una nueva ley cuya eficacia solo el tiempo lo probará, pues hoy las opiniones están divididas. Nadie garantiza que la nueva ley sea promotora de empleos.
Pero se añade a México otra amenaza vinculada con el bienestar y el desarrollo: la disminución de las remesas que, junto al petróleo y en menor proporción el turismo, permitieron al país sobrevivir durante los últimos 5 lustros, por lo menos.
Este agosto, el flujo de remesas que ingresaron fue de mil 895 millones de dólares, lo que significó una caída de 11.6 por ciento respecto a igual mes del año anterior, informó el Banco de México (Banxico). Es la caída más importante de los últimos 30 meses.
Entre las causas, se señala el menor dinamismo de la economía de Estados Unidos. Entre los sectores donde se ocupan más mexicanos en la Unión Americana que han comenzado a debilitarse están la construcción, esparcimiento, hostelería, comercio y producción de manufacturas. De acuerdo con especialistas, el empleo de los inmigrantes mexicanos se redujo en agosto por primera vez desde 2010. Los analistas esperaban un crecimiento de dos por ciento, lo que significaría un ingreso de poco más de dos mil 200 millones de dólares por remesas.
Las remesas se desplomaron en agosto 11.6 por ciento, su baja más profunda desde febrero de 2010, reportó Banxico. Durante el octavo mes de 2012, el valor de los envíos de dinero fue de mil 896 millones de dólares, un monto muy inferior a los 2 mil 188.9 millones presupuestados. El indicador de las remesas hiló dos caídas, después de 21 meses de avance.
En el mes de referencia, el valor de los envíos de dinero se hundió 10.6 por ciento anual, una contracción que no se veía desde noviembre de 2009. Los cuatro sectores mencionados emplean un 60 por ciento de la fuerza laboral migrante mexicana.
Entre los financieros y los analistas de los fenómenos migratorios, hay alertas encendidas, no tanto por la disminución de las remesas como por el comportamiento de la economía estadunidense, el desempleo y la expulsión de mano de obra antes necesaria.
El desempleo como la pobreza son muy malos consejeros sociales, máxime en un clima de tensión y de violencia como el vivido por el país durante este sexenio.
La reforma laboral, todo el mundo lo sabe, no es la panacea para resolver el grave rezago de empleo, crecimiento justo y desarrollo que requiere el país. Es, si acaso, lo que los líderes priistas en el Senado, Emilio Gamboa Patrón, y de los diputados, Manlio Fabio Beltrones, han dicho, una muestra de la forma con la que se quiere trabajar en el futuro, que empieza en 60 días, muy pocos para algunas y muchos para otros.
QMX/am