Libros de ayer y hoy
Una verdadera paradoja (parajoda diría José Paniagua Arredondo, de ínclita memoria), que maestros y policías que deben ser promotores del orden y la legalidad, estén promoviendo lo contrario, peor aún, que con sus actos caigan en la ilegalidad o el desorden.
Ninguna justificación es válida para interrumpir el valor superior del libre tránsito porque un grupo, por muy mayoritario que sea, se oponga a una reforma educativa o una policía comunitaria que se niega a establecer la legalidad y la ingobernabilidad. Las fotografías de los maestros caminando por la “Autopista del Sol” o los “policías” cuyo armamento, de tan viejo y obsoleto dan más lástima que respeto, son testimonio del retraso y la ingobernabilidad que pretende prolongarse en algunos estados del país, especialmente Guerrero y Oaxaca, además de Michoacán, en donde la enfermedad del gobernador ya alborotó y abrió las puertas de la ambición de grupos locales y nacionales.
Los hechos prueban que Guerrero y Oaxaca padecen a sendos gobernadores a quienes les importan más las superficialidades y veleidades del poder, que la responsabilidad de gobernar.
La agenda educativa, considerada la más importante de la administración de Enrique Peña Nieto, ha sido puesta en la picota por maestros de ambas entidades, policías comunitarias, padres de familia y simpatizantes. En Michoacán, estudiantes normalistas secuestraron cuatro autobuses y tomaron al menos seis casetas de peaje de la autopista Siglo 21, en demanda de la entrega de plazas automáticas para los egresados de las ocho escuelas de maestros y en contra de la Reforma Educativa. En Guerrero, el gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero respondió al ultimátum lanzado por la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) al afirmar que no “nos van a poner de rodillas y mucho menos nos van a someter a actitudes amenazantes”,
La noche del pasado miércoles, Eliseo Villar afirmó: “Exigimos una mesa de negociación, de lo contrario, a partir de las 12 del día del jueves, la policía comunitaria estará accionando con el plan A. Hacemos responsables a los gobiernos estatal y federal de lo que pase si agotamos dicho plan, pues pasando al plan B, la policía comunitaria tiene sus propias estrategias de cómo emprender una lucha en su segunda etapa”, afirmó. Y, dijo que el uso de la violencia en las manifestaciones dependerá de la respuesta que obtengan del gobierno.
Alrededor de las 17.00 horas del mismo jueves, luego del despliegue táctico de fuerzas armadas de la Secretaría de Seguridad Pública federal, a cargo de Manuel Mondragón y Kalb, los maestros manifestantes decidieron retirar el bloqueo sobre la autopista del Sol y retornar a su campamento; “mediante el diálogo, sin represión ni confrontación, los maestros que bloqueaban la autopista del sol decidieron avanzar”, dijo en su Twitter el mismo Mondragón y Kalb.
Por la mañana, el recién creado “Movimiento Popular Guerrerense”, conformado por maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), así como personas de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), marcharon hacia la Autopista del Sol ocupando en ambos sentidos. Aproximadamente al medio días, los manifestantes comenzaron la protesta desde el recinto de la CETEG, ubicada en la avenida Ruffo Figueroa, en Chilpancingo. Se estimó que diez mil personas integraban la protesta.
Aguirre Rivero afirmó que los maestros disidentes “han emprendido una campaña para distorsionar el espíritu de la Reforma Educativa Federal” y acusó que muchas de las personas que acudieron ayer a la manifestación fueron presionadas y engañadas. ”
Muchos de los que acudieron a esa manifestación –según Aguirre Rivero–son padres de familia, algunos de ellos son presionados; otros, obviamente, fueron engañados, señalándoles que la intención tanto del gobierno federal como del gobierno del estado es cancelar la gratuidad en Guerrero, cosa que es totalmente absurda, totalmente apartada de la realidad.
El gobernador de Guerrero reiteró su disposición al diálogo, pero advirtió que su gobierno continuará trabajando de manera normal porque “en el estado de Guerrero no solamente es el conflicto de la CETEG”.
Más allá de limitaciones o incapacidades en Guerrero y Oaxaca, es notorio cómo los testimonios de sedicentes maestros y policías los exhiben con crudeza y rudeza. Los maestros en actos flagrantes de violación de la ley para defender “sus derechos” o abiertos y denunciados privilegios. Los llamados policías comunitarios, por su parte, en actitud franca de violencia, cuando que quizá (aceptando sin conceder) su trabajo debiera ser prevención del delito y la impunidad.
Afortunadamente algunas áreas “de inteligencia” del gobierno federal empiezan a operar, aunque se enfrentan a las murallas de superficialidad de las autoridades estatales. Tanto Aguirre Rivero en Guerrero, como su colega Gabino Cué, en Oaxaca, tienen ya más frentes abiertos que agujeros un queso gruyere, por lo que en la Federación ya se teme que, lo suyo, no es la gobernabilidad, sino que pase el tiempo y se mantengan en su tradicional estatus de trabajo, mientras el campo seco y hambriento se sigue incendiando.
Paradojas (o parajodas) a las que el nuevo gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, se enfrenta.
QMX/am