Libros de ayer y hoy
La fotografía y las imágenes de video de la inauguración de la línea 12 del Metro, llamada también “La Dorada”, tiene muchos significados y más interpretaciones del solo hecho de que viajen en ese transporte personas que, si alguna vez lo usaron, hace muchos millones de pesos o de cargos públicos, con lo que perdieron todo contacto con las necesidades del pueblo.
Era sorprendente ver parados, agarrados hasta con las uñas, de pasamanos y tubos, a los más altos funcionarios gubernamentales, empezando por el presidente Felipe Calderón Hinojosa (que por lo menos hace seis años no se subía al Metro), acompañado de su comedido anfitrión, el jefe de gobierno del DF, Marcelo Ebrard Casaubón, y los más ricos y poderosos empresarios de la industria de la construcción, entre otros, el ingeniero Carlos Slim y Bernardo Quintana, socios también en la industria de las telecomunicaciones.
Ese momento, representó el reconocimiento tardío de Ebrard al presidente Calderón, como jefe de las instituciones nacionales. Pasó mucho tiempo y un sinnúmero de desaires mutuos en los que estaba presente el cuestionamiento, encabezado por Andrés Manuel López Obrador y cumplido por Ebrard, acerca de lo que se denominó como la Presidencia Espuria que, aún y todo, esta por concluir.
Inaugurar la Línea Dorada y estar apretujados, como ocurre a diario a millones de personas que usan los transportes públicos, significó con esa cercanía de casi cuerpo con cuerpo, una alianza, compromiso o cruzada de mantenerse juntos en el futuro por venir.
Espurios y legítimos (panistas y perredistas) olvidan lo pasado e inician un idilio para enfrentarse al PRI el ya muy próximo sexenio. No han pasado muchos días de ese evento y ya el presidente nacional del CEN del PAN, Gustavo Madero Muñoz, con sus coordinadores parlamentarios y diversos líderes de izquierda acordaron crear un frente amplio durante los próximos seis años, con el propósito –según ellos—de “combatir los excesos del autoritarismo, así como prácticas corruptas y clientelares del pasado”.
Los flirteos que significaron las alianzas coyunturales PAN-PRD para las elecciones de Sinaloa, Oaxaca y Puebla, especialmente, tuvieron tanto éxito que ahora se elevan al nivel nacional. Derecha e izquierda van juntas como si quisieran amontonarse en el centro.
Madero dijo que no se trata de un bloque anti-PRI en la discusión de la reforma laboral, al contrario Acción Nacional –aseguró en su momento– quiere construir una mayoría que le dé los votos suficientes para aprobarla completa. Este acuerdo, como el camino del infierno, tiene buenas intenciones: pactaron fortalecer la democracia, la transparencia, la rendición de cuentas y el combate a la corrupción, lo cual irá más allá de la Reforma Laboral.
“La decisión es fortalecer y perpetuar un acuerdo político de gran calado para constituir un frente de largo plazo (…) y que esperemos se mantenga en una visión integral de los partidos que la conforman en ambas Cámaras”, dijo Madero.
Apenas 48 horas antes, en la inauguración de la línea 12 del Metro, Ebrard agradeció a funcionarios, legisladores, trabajadores, empresarios y ciudadanos, pero tuvo también dos menciones muy especiales al Jefe del Ejecutivo Calderón: “Queremos darle las gracias -y por eso está aquí, además de ser una obra nacional- al presidente Felipe Calderón, porque nos faltaban 2 mil millones de pesos y él ordenó que se incorporaran al presupuesto, gracias. ¡Ya terminamos, estamos muy emocionados!”.
En el evento, que se realizó en la estación Parque de Los Venados, estuvieron presentes los secretarios de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez Jácome; y de Gobernación, Alejandro Poiré; el senador perredista Mario Delgado; el jefe de Gobierno electo del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera.
Todos apretujados como en hora “pico” viajaron en el mismo tren, en el mismo vagón. Separados en el pasado y unidos para el futuro, haiga sido como haiga sido.
QMX/am