
De frente y de perfil
Orgullo mexicano
Es poco frecuente detenerse y reconocer valores excepcionales, especialmente cuando se trata de personas que no han acumulado grandes fortunas, han mantenido su independencia y gozan de muy buen prestigio, sin ser identificados con grupos empresariales, económicos o políticos. Han hecho muy bien su trabajo y no necesitan grandes aparatos ni escoltas porque gozan de respeto, reconocimiento y aprecio.
Hay seguramente muchos casos, pero en estos últimos días destacó su presencia en diversos foros. Se trata de una mujer y un hombre, mexicanos los dos, ex funcionarios de gobierno y hoy directivos de organismos internacionales. Ambos auguran un mejor presente y futuro para México.
Se trata de la directora general de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), Alicia Bárcena, y del director general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), José Ángel Gurría.
La primera, fue subsecretaria del Medio Ambiente en la extinta Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, antecedente de la actual Sedesol, que dejó el gobierno de Miguel de la Madrid e inició una exitosa carrera de prestigio internacional.
El otro mexicano excepcional es José Angel Gurría, quien fue pieza fundamental en la renegociación de la deuda externa mexicana, fue secretario de Relaciones Exteriores y secretario de Hacienda y Crédito Público, cargos de los que salió con prestigio, sin raspaduras o lastimaduras, pero, sobre todo sin compromisos con grupos empresariales o políticos, de ahí que hoy presida uno de los organismos internacionales de mayor relevancia para la diplomacia, la cooperación y el desarrollo económico.
Gurría es de todos los ex secretarios de Hacienda de la era neoliberal o de las finanzas globalizadas, que no aceptó ni asumió compromisos, alianzas o empleos con consorcios o grupos económicos nacionales o extranjeros y es también quizás el de una preparación cosmopolita por encima de sus colegas: habla más de una docena de idiomas, domina por lo menos 8, escribe en taquigrafía y, sin duda, es el más conocido de todos en el mundo.
Por eso, tampoco es casual que en la última semana, los dirigentes del Banco Mundial, el BID, la Cepal y la OCDE coincidieran en que México vive, ahora, un momento histórico favorable con profundas reformas estructurales por venir y convertirse en una de las principales economías. “México podría convertirse en el nuevo motor regional de crecimiento y en las próximas décadas estar entre las economías desarrolladas del planeta”, dijo el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Hasan Tuluy.
Por su parte, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el colombiano Luis Alberto Moreno, subrayó el énfasis del presidente Enrique Peña Nieto para lograr una educación de calidad y convertir al país en una economía avanzada, que es “el anhelo de los mexicanos”.
Los representantes de estos organismos internacionales concluyeron lo anterior en la clausura del “Foro México 2013: Políticas públicas para un desarrollo incluyente, en el que la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, subrayó que nuestro país puede avanzar ahora tanto en el desarrollo de la libertad política como en el crecimiento económico con bienestar para todos.
Sin duda, destaca entre estos funcionarios internacionales el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, quien consideró urgente concretar la reforma energética en un mundo de gran competitividad, así como la fiscal para avanzar en otros cambios que requiere el país. “(Por) Primera vez se presentan las condiciones favorables para lograr las reformas que el país necesita, las cuales no solo son deseables, sino posibles y alcanzables”, expresó.
“Estas reformas se lograrán mediante el consenso, los acuerdos políticos y la pluralidad, con un pacto y una agenda precisa de los tiempos, aseveró Gurría.
Tanto Bárcena como Gurría fueron candidateados con insistencia como parte de los colaboradores del actual gobierno, ambos optaron por la terminación de sus misiones en esos organismos internacionales, lo que confirma su responsabilidad, valía, compromiso y profesionalismo.
Ahora, otro mexicano de excepción podría sumarse a estos ejemplos, Herminio Blanco, ex secretario de Comercio durante el gobierno del presidente Ernesto Zedillo, quien es candidato a presidir la Organización Mundial del Comercio. Todo esto confirma la grave equivocación de convertir a México en un campo de guerra, cuando que hay mexicanos de los que uno si puede (y debiera) sentir orgullo.
QMX/am