Libros de ayer y hoy
“No hay palabras que puedan calificar un hecho como éste”, afirmó el coordinador de la fracción priista en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, al referirse al asesinato de los dos hijos de los periodistas David Páramo y Martha González Nicholson.
Tiene razón el legislador, el país ha quedado desgarrado, aniquilado por el clima de violencia y su inadecuado manejo desde la autoridad o desde el poder. La impotencia, la frustración, la indignación, la derrota y la desesperanza tienen preso el espíritu nacional.
El presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, planteó con lucidez que hoy el problema de la seguridad (no dijo violencia) se debe atender desde las tareas económicas. También tiene razón, como en su momento, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, dio enfoque a la solución en la educación, única y auténtica plataforma capaz de construir, edificar, un círculo virtuoso.
La respuesta de la violencia a la violencia genera zozobra, miedo, inseguridad, parálisis y un círculo vicioso perverso y destructivo.
El asesinato de Alfredo David y Alejandro Páramo González, de 20 y 21 años, respectivamente, cayó como balde de agua helada en las redes sociales, en la radio, la televisión y la prensa.
En la colonia Arboledas, en Chihuahua, los jóvenes fueron atacados desde un auto en movimiento por las calles de Las Águilas y Quetzal.
La Fiscalía General del Estado (FGE) informó que investiga el asesinato. El portavoz de la FGE, Carlos González Estrada, reconoció que se desconoce el móvil de los homicidios; sin embargo, aclaró que se dieron órdenes de dar con el paradero de los responsables.
Muestras de solidaridad de periodistas, funcionarios de gobierno, políticos y líderes de opinión se repitieron a lo largo de las últimas 48 horas para intentar dar consuelo y solidaridad a los deudos de los jóvenes acribillados.
Desde el presidente Peña Nieto, al gabinete en pleno, senadores, diputados, gobernadores mostraron su condena a los hechos, su solidaridad, cuando que toda la clase gubernamental, incluidos empresarios y organizaciones sociales son corresponsables del clima que prevalece en el país. Si bien el ex presidente Calderón es responsable de haber equivocado las acciones y la estrategia para enfrentar los problemas de inseguridad, violencia, impunidad y delito, es toda la clase gobernante la que ha sido incapaz de enfrentarlo.
A Peña Nieto siguió el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, dirigentes de partidos políticos, líderes sociales, etcétera, etcétera.
El propio presidente Peña Nieto ordenó a la Procuraduría General de la República (PGR) colaborar con autoridades de Chihuahua para castigar a los responsables del homicidio de jóvenes Páramo González Nicholson. “He instruido a la PGR coadyuvar con las autoridades estatales de Chihuahua en la investigación de los hechos y castigo a los responsables”, escribió Peña Nieto en su cuenta Twitter.
El coordinador de los diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Manlio Fabio Beltrones, tuiteó: “Mi solidaridad con David Páramo y su familia en estos momentos. No hay palabras que puedan calificar un hecho como este”.
En efecto, no hay palabras para explicar el clima de violencia en el que sigue sumido el país.
QMX/am