
La IA acelera la creación de medicamentos: ¿el futuro de la medicina?
En tono de broma, muchos simpatizantes de las ideas socialistas, comunistas o “de izquierda”, argumentan que la lucha contra los ricos terminaba “hasta igualarse con ellos” en acumulación de capital; otros atribuían las “convicciones sociales” de justicia o igualdad al furor juvenil que desaparecía con los años. A cambio, los otrora simpatizantes del socialismo decían “ya somos todo aquello contra lo que peleamos cuando teníamos 20 años”. Es decir reconocer que el destino los alcanzó sin que se dieran cuenta.
Esto parece ser les ocurrió a los gobernadores de Oaxaca y Guerrero, Gabino Cué Monteagudo y Ángel Heladio Aguirre Rivero, quienes no solo no hallaron rumbo ni camino, sino que se perdieron en las vanidades y desvaríos del poder, encerrados en sus respectivos palacios con capacidad nula para cumplir no lo que prometieron en campaña, sino siquiera para dar consuelo o apoyo a sus empobrecidos y huérfanos gobernados.
Oaxaca vivió una borrachera en la que se festejó el triunfo contra la corrupción, cuando todo quedó en tímidas y estridentes (¡vaya contradicción!) declaraciones que se perdieron más pronto de lo que se hubiera nadie imaginado.
De Guerrero no se creyó hubiera posibilidad de una descomposición política económica y social mayor a la que enfrentó Zeferino Torreblanca, a quien hoy ya muchos extrañan, porque fue capaz de que no le reventaran en las manos las muchas bombas que hay en el estado.
La toma de la llamada autopista del Sol, por parte de los maestros en conflicto con la reforma educativa, exhibió la debilidad o el abandono en que se encuentra el estado y que su conflictiva, como en Oaxaca también, solo se logrará con el auxilio del gobierno priista federal.
Vaya fatalidad tanto de Cué Monteagudo como de Aguirre Rivero que deban recibir la tabla de salvación justo del partido en el que militaron, criticaron y combatieron, pero del que si hay –hasta ahora si se ha comprobado– decisión, experiencia y recursos para devolver la gobernabilidad al país, tan deteriorada en ambas entidades.
El secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, tuvo que dedicar muchas horas y atención para resolver los conflictos de Oaxaca y Guerrero, que se irán agudizando hasta que acabe lo que ya muchos ven como el proyecto fallido. Aunque esto pavimenta, sin lugar a dudas, el regreso del priismo tan vilipendiado y perseguido.
La ingobernabilidad llega a tal punto que hasta el líder nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Zambrano, condenó el ataque de sedicentes miembros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de Educación a las oficinas del partido en Chilpancingo, capital por la que muchos turistas que frecuentan Acapulco, ya consideran una auténtica pesadilla.. Zambrano dijo no es posible permitir que actos vandálicos sustituyan el diálogo.
“La imposición de ideas por la vía que sea y por quien sea es absolutamente inadmisible, y no va a sustituir nosotros no vamos a permitir en la dirección del PRD que sustituya al diálogo estas formas de violencia”, advirtió el dirigente perredista, quien se pronunció por escuchar todas las voces no sólo a los académicos para mejorar la educación del país.
El también responsable del Consejo Rector del Pacto por México, manifestó su apoyo a la denuncia del líder del PRD en Guerrero por los hechos violentos. “Respaldo plenamente la decisión del Presidente del PRD en Guerrero de presentar una denuncia de hechos contra quien resulte responsable por los actos de vandalismo, los destrozos. pues ahí están innumerables fotos, tomas de televisión que hablan justamente de cómo se vandalizó, de cómo se hizo un irracional de la violencia por parte de quienes son tienen en sus manos la responsabilidad de educar a nuestros hijos en una cultura democrática”.
Zambrano evitó opinar respecto al operativo de desalojo en la Autopista del Sol pero retó a preguntar a los ciudadanos si están de acuerdo con manifestaciones como la del viernes pasado y se adelantó a responder que seguramente la mayoría diría que “no”.
Para fortuna de oaxaqueños y guerrerenses, la secretaría de Gobernación tiene en la agenda, como prioridad, la recuperación del orden, la armonía y la paz en Oaxaca y Guerrero, los resultados ya están a la vista y seguramente tanto Cué como Aguirre buscarán la manera de ponerse medallas incapaces de conseguir.
El caso de los maestros es, en Oaxaca y en Guerrero, solo la punta del iceberg de abandono, incapacidad, negligencia y soberbia que se enseñoreó en ambas entidades.
¡Los sueños se volvieron pesadilla, aunque también pasará….!
QMX/am