Doble rasero del populismo: Trump, AMLO y la manipulación de los nombres
El gobierno presidente Enrique Peña Nieto está por terminar el quinto mes de su gobierno y tiene ya perfectamente identificados a personajes y grupos que le van a ayudar a recuperar la gobernabilidad y que se vuelva duradera; ya sabe también quiénes son los gobernadores que no solo funcionan, sino que contribuyen a la paz social y el crecimiento; también a aquellos dedicados a la molicie y comodidad de la inacción y dejan que los problemas crezcan y se reproduzcan, como Oaxaca y Guerrero, cuyos gobernadores tienen el norte perdido; ya sabe también qué empresarios o grupos económicos están dispuestos a subirse al carro del orden y la responsabilidad y aquellos que siguen creyendo que sus intereses están por encima de los de la Nación.
Es decir, en los días previos al inicio del sexto mes se desataron agresiones, presiones, amenazas, chantajes y todo tipo de medidas para probar la firmeza, tolerancia, prudencia, inteligencia y decisión del gobierno.
El presidente también ya sabe con cuales de sus colaboradores, especialmente en el nivel de los secretarios, cuenta de verdad. A estas alturas de su sexenio tiene elementos para saber quienes son los que creen que sigue imperando el panismo, en el que los secretarios se escondían atrás de su jefe para no aparecer (algunos lo lograron todo el sexenio) y también aquellos que ya se la juegan.
El caso más destacado posiblemente es el de la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, quien junto a Miguel Ángel Osorio Chong, de Gobernación, Luis Videgaray, de Hacienda, el procurador General de la República, Jesús Murillo y el de Educación Pública, Emilio Chuayffet, están firmes y fuertes. El resto, todavía planean lo que van a hacer.
Sobreviva o no, el Pacto entre los partidos funcionó muy bien para arrancar el sexenio, pero el propio carácter de los dirigentes del PAN y del PRD, Gustavo Madero y Jesús Zambrano, ya los empuja a la amenaza o el chantaje. El panista encontró no un mecanismo de colaborar a la gobernabilidad sino de mantenerse “vivo”, pues en su partido hay muchos que lo saben cadáver desde que perdió la elección presidencial, decepcionó a su jefe Calderón y a quienes prometió amistad.
El presidente Enrique Peña Nieto al referirse a las diferencias entre los actores del Pacto por México, dijo que “la política es el mejor mecanismo para abrir las puertas de diálogo y acuerdo, y superar cualquier diferencia”.
“Es natural que en la normalidad democrática que deriva del México plural y democrático, se tengan eventuales diferencias”, dijo. “Hemos realizado un pacto por México que no ha estado exento de diferencias. Estoy convencido que es un importante instrumento para lograr cambios”, abundó. A México le esperan mejores momentos, a partir de los cambios, la actitud y la madurez que las fuerzas políticas han venido acreditando”, vaticinó.
El PAN y PRD acordaron retomar el diálogo con el gobierno federal y el PRI a cambio de que los programas sociales sean blindados electoralmente las investigaciones denunciadas por el PAN en Veracruz siguen su curso y los primeros en impulsarlas son el presidente y su secretaria de Desarrollo Social, pues en ello está garantizado un ejemplo de utilidad para el proceso electoral de este año, pero también para el resto del sexenio.
Pero finalmente, los demonios reales están en quienes mecen la cuna y alimentan los conflictos de la UNAM, de Guerrero, de Oaxaca y de Michoacán, que obligaron a posponer la presentación de la reforma hacendaria.
Con Peña Nieto las presiones y petates del muerto no funcionan, lo que se verá en cada momento. Tiene perfectamente claro que el mejor trato es el legal, que los chantajes, amenazas y disturbios revelan más la impunidad que la gobernabilidad. Eso es intolerable.
QMX/am