
Alfa omega
A la edad se le atribuyen toda clase de problemas e inconvenientes, por ejemplo, se justifica a la juventud imprudencias o audacias injustificables en la edad adulta y mucho menos en la senectud. En cambio, a la llamada tercera edad se le atribuye la parsimonia o sabiduría inherente a la vejez.
En los asuntos del gobierno se admira la experiencia y la vejez, pero se elogia a la juventud, la que esta exenta de sanciones o comportamientos propios de la edad. A funcionarios viejos se les identifica con el rechazo a la novedad y el cambio y, a su proclividad a incurrir en actos de “chochez”.
Solo con estas conjeturas podría explicarse el comportamiento del experimentado abogado, funcionario público y todavía consejero electoral, Sergio García Ramírez, quien aceptó un cargo por tiempo determinado, pero que ha decidido renunciar, lo que tenía ya previsto y que se convierte en agravante.
No puede decirse de García Ramírez haya sido incumplido o desobligado en la larga carrera de altos puestos de gobierno que ocupó. Por eso sorprende aún mas que ahora “tire la toalla”. Si premeditó su renuncia, malo, porque llevó al Congreso a una decisión que de antemano sabía no iba a cumplir.
Su decisión, quizá producto de su edad en la que muchos hombres sabios no se embarcan en proyectos de largo plazo, sabedores que están cerca del final. El comportamiento de García Ramírez pone en duda toda su trayectoria, su talento, su consistencia y, en contraste, afloran irresponsabilidad e inmadurez que no se le conocían.
A partir de este viernes se oficializó la renuncia del consejero electoral Sergio García Ramírez al IFE, luego de poco más de un año de haber ocupado el cargo. “Como se fijó fecha, el asunto quedó totalmente a mi propia decisión, esto fue claro, entonces la fecha que yo pongo es la de mañana y así concluye mi ejercicio como consejero electoral”, aseveró García Ramírez en una carta al consejero presidente Valdés Zurita.
Por supuesto que se le censuró al consejero este comportamiento.
Cuando la la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, lo invitó como consejero electoral, en la anterior Legislatura en diciembre del año pasado, el Consejo General de IFE no se había completado por lo que atravesaba una etapa difícil. “En esa circunstancia consideré que era lo debido, aceptar el reto y participar. Pero desde el momento que dije sí, bien dije a quienes amablemente me habían invitado: ‘señores lo voy a hacer, voy a transitar por todo el proceso electoral, voy a colaborar del mejor modo a mi alcance y una vez que esto haya concluido voy a volver al camino que había elegido de académico y dejaré el cargo de consejero electoral’”, aseguró.
Es decir, les ayudó ahorita y, les dejó luego el agujero.
Ni personal y menos institucionalmente se justifica la renuncia de García Ramírez, a menos que esté “chocheando” como temen algunos dentro del IFE.
También podría ser que el viejo lobo de mar, tenga escondido y comprometido un plan con maña y, quien lo sustituya, por el nombramiento que se haga en la Cámara de Diputados, sea quien sustituya en unos cuantos meses al consejero Leonardo Valdés Zurita, en la presidencia del IFE. De cualquier forma sería una trastada.
García Ramírez nació en Guadalajara, Jalisco, el 1 de febrero de 1938. Obtuvo la licenciatura en derecho en la Facultad de Derecho de la UNAM, en 1963, con mención honorífica, y el doctorado en derecho en la misma Facultad, en 1971, con mención Magna Cum Laude, que por primera vez se otorgó en la División de Estudios Superiores.
Investigador de tiempo completo, en el Instituto de Investigaciones Jurídicas, profesor titular de la Facultad de Derecho, miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Fue miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM. En 1997 fue electo Juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de los Estados Americanos, y reelecto en 2003 para otro periodo de seis años (2004-2010) y Presidente de la misma hasta 2008. Es autor de más de cincuenta libros y numerosos artículos de revista, investigación, docencia y divulgación, publicados en México y en el extranjero.
Es larga la lista de títulos publicados por García Ramírez, así como también la de los cargos públicos que ocupó desde hace casi 50 años, por lo que lo intempestivo de su decisión no es atribuible a nada, salvo que le soprendiera un ataque de “chochez” que abona el creciente desprestigio del IFE, el cual sin embargo, sigue presa de ambiciones personales y partidistas. Algo debe traer por debajo la salida de García Ramírez y no solo los problemas inherentes a su edad. Al tiempo.
QMX/am