Abanico
Aparte de que será otra nada despreciable fuente de ingresos para la Tesorería del Gobierno del Distrito Federal, el anunciado “Hoy no Circula” para vehículos nuevos y de modelo reciente tiene un mensaje populista hacia las clases más necesitadas: los ricos también lloran.
El objetivo del nuevo “Hoy no Circula”, anunciado por la secretaria de Medio Ambiente del gobierno capitalino, Tanya Müller, es reducir el crecimiento del parque vehicular en la capital.
En el principio, ésta medida fue una gran fuente de ingresos para las finanzas del GDF. Hoy no es diferente. Los gastos de la administración gubernamental han crecido y por eso han debido privatizarse o concesionarse una multitud de servicios como las grúas, estacionamientos, basura, etcétera. Ahora se suma esta medida que está en etapa de evaluación.
No será fácil convencer a quienes invierten grandes cantidades de dinero en vehículos personales de último o reciente modelo, quienes también tendrán su “no circula”. Se preguntarán ¿qué sentido tiene entonces ser rico si se nos trata con la misma medida que a aquellos que compran “chatarra” “nacional o importada”?.
En entrevista por la campaña “Basta de Bullying, no te quedes callado”, en la glorieta del Ángel de la Independencia, la funcionaria señaló que no es todavía una decisión tomada el que a partir del próximo año un auto nuevo deje de circular durante un día.
“En 1989 inició el programa con el objetivo de reducir las emisiones vehiculares para tener un impacto en la mejora de la calidad del aire, sin embargo, el reto hoy es distinto y, éste, es reducir el crecimiento del parque vehicular en el Valle de México, que asciende a cinco millones 25 mil autos”, refirió al instante de explicar que 50 por ciento de las emisiones precursoras de ozono provienen de vehículos con hologramas cero y doble cero, por lo cual el tema ya no es la tecnología, sino la cantidad de vehículos que circula y sus emisiones.
“Lo que tenemos que hacer es adecuar el programa para que siga cumpliendo su objetivo que es una reducción de emisiones para tener un impacto positivo en la calidad del aire”, planteó la titular de la Secretaría de Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal.
La población en general se ve cada vez más agobiada por los incontables impuestos, amenazas y las cargas a las que se le obliga. Sin embargo, la calidad de vida, lejos de aumentar, se deteriora. Eso sí, cada vez más cara. Es entendible que el gobierno tenga gastos, lo que es inexplicable e inentendible es que no exista correspondencia.
El objetivo de la medida anunciada por la funcionaria del gobierno de Miguel Ángel Mancera confirma la equivocación de las políticas de transporte que privilegian el uso de vehículos particulares por encima del masivo.
Las obras de infraestructura urbana en materia vial se basan en concesiones a particulares y el uso de vehículos privados, cuando que, para enfrentar el crecimiento poblacional, se requiere más y mejor transporte masivo.
Incluir vehículos nuevos hará que protesten los menos y aplaudan los más. “Los ricos también lloran”, podrán decir en las telenovelas, pero, lo que se exhibe es el rezago, la acumulación de problemas y la incapacidad para hacerles frente.
Aunque la funcionaria asegura que también se atiende al transporte masivo, pues la administración de la ciudad de México invierte –dice ella– en transporte público de calidad, como lo es la Línea 5 del Metrobús, que está en construcción en el Eje 3 Oriente, o bien que desde la Secretaría del Medio Ambiente se apoyen programas de préstamo de auto compartido, similar a Ecobici, en donde se estima que por cada vehículo compartido se elimina de 15 a 20 automotores particulares. Y, hasta al interior del gobierno ya se implementó el sistema aventones, que lleva casi tres mil viajes compartidos”, señaló.
Paliativos, que de algo sirven.
La administración del DF asegura que serán cada vez más estrictos, porque eso los obliga a orientar la inversión en transporte público y, al mismo tiempo, hacer ajustes para frenar el uso del vehículo.
Es más, textual, dijo: “Los lineamientos que estamos diseñando también buscan que la gente no tenga el incentivo de comprar un vehículo nuevo y obviamente menos uno antiguo, que son los que más contaminan por falta de un catalizador”.
Así, junto a los ricos, también las armadoras comenzarán a llorar.
QMX/am