DINTEL: Vientos de intolerancia soplan en el proceso electoral

08 de junio de 2012
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8:52
Abelardo Martín

Los ánimos están ya muy calientes entre los distintos actores que participan en el proceso electoral y la amenaza de boicots, tensión y hasta barruntos de violencia (electoral, no de la otra) amenazan a todo el territorio nacional.

Cada día que pasa sin que ocurran estallidos violentos es una jornada ganada, porque cada partido y cada candidato presidencial no esta dispuesto a aceptar, bajo ninguna circunstancia o concesión, su posible derrota. Salvo el caso de Gabriel Quadri, quien ya trae en la bolsa su 3 por ciento de la elección y se da por ganador, el resto de los contendientes del PAN, del PRD y del PRI, no están dispuestos a ceder o dar su brazo a torcer.

Pero hay además un ingrediente adicional, nadie está dispuesto a escuchar, sino solamente a que se acepten sus posturas, análisis o conclusiones. Esta actitud priva, incluso, entre muchos de quienes tienen en la “neutralidad” su mejor plataforma. El ejemplo más rotundo de que muchos ya traen “la mecha corta” fue que el candidato Andrés Manuel López Obrador exasperó y sacó de sus casillas y de quicio a varios de sus entrevistadores del programa televisivo “Tercer Grado”.

En su enojo, algunos no repararon en ataques velados a sus propios colegas y que la audiencia percibió las quijadas endurecidas, el fuego por los ojos y la ofuscación porque hacía tiempo no encontraban un hueso duro de roer, como resultó el perredista. Eso sí, los que simpatizan con él lo dieron por ganador y quienes lo censuran lo clasificaron de acuerdo a los calificativos que le endilgaron en el ya lejano 2006.

Sin embargo, las expresiones de intolerancia no se dan sólo en las cúpulas del poder, sino que ya germinaron y crecen como hiedra en la base social, riesgo que, en tres semanas, puede convertirse en el mayor peligro de la elección presidencial.

El ánimo electoral ya se calentó y será imposible enfriarlo. En sendos encuentros con universitarios, las candidatas a la Jefatura del gobierno del Distrito Federal, Isabel Miranda de Wallace del PAN, y Rosario Guerra del Panal, enfrentaron la hostilidad y el rechazo de los jóvenes quienes, lo único que mostraron fue la falta de información del movimiento #132.

La candidata del PAN, salió corriendo de la explanada y fue perseguida hasta su vehículo por un grupo de estudiantes de la Universidad Autónoma Metropolitana, campus Iztapalapa, luego de que éstos no le permitieron concluir su ponencia.  Al menos 200 estudiantes recibieron a la aspirante panista con pancartas y consignas en su contra. Con varios carteles también reprocharon las declaraciones de Wallace en la Universidad Iberoamericana, donde afirmó que 24 por ciento de analfabetas se encuentra en Iztapalapa, “y allí uno entiende por qué es el bastión de los perredistas”.  Fue recibida con gritos de “¡fuera, fuera!”, mientras otro grupo la apoyaba al corear su nombre, a lo que el rector, Javier Velázquez, pidió mesura a los asistentes a los que recordó que ya habían recibido a otros candidatos, entre ellos al perredista Miguel Ángel Mancera, lo que provocó la ovación para el ex procurador.

Entre protestas la candidata panista inició su ponencia en la que solicitó un minuto de silencio por la muerte de un profesor de la institución, lo que provocó gritos de “¡oportunista!”  Las protestas continuaron hasta llegar a los empujones, pero el momento más tensó ocurrió cuando un alumno subió al escenario con un cartel que hacía alusión a Hugo Alberto, hijo de la candidata, a lo que Roberto, hermano de la panista intentó arrebatárselo.   Ello ocasionó que el rector determinara cancelar la participación de la candidata panista, quien escoltada y entre empujones abandono el recinto con gritos de “¡fascista!”  Más tarde, la candidata de Nueva Alianza al GDF, Rosario Guerra, catalogó de “grosero”, “intolerante” y de “manchar” el movimiento #YoSoy132 a un estudiante que la increpó también durante su visita por esa institución educativa pública.  Iván Galindez aguardó más de una hora en el auditorio para decirle a la candidata que “no tiene la menor calidad moral, porque representa a un partido nacido de la corrupción, juguete perverso, de quien representa lo más cínico y desvergonzado de la política mexicana.  Guerra respondió que no tiene remordimientos en su desempeño público. “Tengo la cara y las manos limpias, mi conciencia está en paz conmigo misma”. El estudiante decidió abandonar el auditorio antes de que la candidata concluyera con su respuesta, pero se pensó que la situación podría salir de control.

Ya desaparecieron los escenarios a modo y las situaciones bajo control. Priva el ánimo de que “quien se ríe se lleva y quien se lleva, se aguanta”. No hay quien pueda negar que se ha contribuido a calentar la elección, enrarecer y enardecer el ambiente. Y faltan poco más de tres semanas, muchos días para mantener la calma, pero muy pocos para modificar las tendencias. Eso altera a todos.

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