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CIUDAD DE MEXICO, 1 de diciembre, (Quadratín México).- Un clima de expectación se registraba esta mañana en el Zócalo capitalino en la vispera de la llegada del presidente Enrique Peña Nieto al Palacio Nacional en donde dirigirá un mensaje a la nación, luego de la toma de protesta en la Cámara de Diputados.
Personas de diversas edades observan desde lejos el majestuoso e histórico Palacio Nacional, “aunque sea de lejitos, quiero ver a mi presidente”, comentó doña Graciela, de 65 años de edad, que junto con su nieto llegó al Centro Histórico para hacer compras que requiere su pequeño taller de costura.
La sexagenaria señaló que “claro, hay que ver el lado bueno, ya no es tiempo de más pleitos, ni violencia, los mexicanos necesitamos vivir en paz y por ello, mi oración de esta mañana fue pedirle a Dios, que lo bendiga e ilumine”.
Margarita, de 47 años de edad, precisa: “tenemos que dejar en pensar en forma negativa, hay tener fe y esperanza en este nuevo gobierno”, responde al reportero.
“Hay que tener fe en el nuevo presidente de México, por ello, al igual que muchos mexicanos le pediremos a Dios que lo ilumine, que le envie las bendiciones para que trabaje con sabiduría y prudencia, todo para bien de todos nosotros”, acotó la señora acompañada de su familia.
Doña Magos llegó temprano al Centro Histórico a reunirse con sus seres queridos, “vengo a desayunar con ellos, porque es cumpleaños de mi hijo, pero le insistó, hay que hacer oración en donde sea para que Dios ilumine al nuevo presidente”.
Sin embargo, ella, al igual que hombres, mujeres, niños y adultos mayores, se llevaron la sorpresa de que la Plaza de la Constitución estaba cercada con vallas metálicas, una férrea vigilancia, e inclusive cerrada la estación Zócalo de la línea 2, por lo que descendieron en Pïno Suárez y a caminar. Es decir, es un auténtico bunker.
Ahí, la vigilancia de parte de las fuerzas federales y de Seguridad Pública del Distrito Federal es notoria. Sus elementos permanecen a la expectativa, muestran cortesía con las personas que hacen preguntas.
Quadratín México recorrió el Centro Históríco en donde platico con capitalinos que externaron su confianza en que “esperamos que ahorita nos vaya bien con el nuevo gobierno de Enrique Peña Nieto”, comentaron las señoras Natalia y Laura, de 56 y 60 años, comadres desde hace dos décadas.
Ellas, se trasladaron de la delegación Gustavo A., Madero para, al igual que doña Graciela,a comprar algunos productos que requieren sus negocios de paletería y un salón de fiestas.
Opínan en buena forma respecto al nuevo gabinete presidencial, pero lo que no se vale, indica Natalia, que cierren las calles y avenidas.
“Mucha gente desea conocer y saludar al nuevo presidente de México, pero así con todo cerrado, pues ni modo, por la noche veremos los noticieros de la televisión, pero ante todo, el tiene la bendición de Dios, aunque otros no lo acepten”, señalan.
Pedro, pero mis cuates me dicen “perico”, yo camino por diversas calles de la ciudad, con mi “cajón de bola” y es impresionante como mueven policías, “la verdad es que no dejan chambear”, pero que “bueno que tenemos un nuevo presidente, se ve que es buena onda y ojalá cumpla con lo que ofreció”.
El bolero, ya entrado a 40 años de edad, coincide con las amas de casa, “es bueno que mucha gente rece por el presidente Peña Nieto, si todos los mexicanos rezaramos aunque dos o tres minutos, pues la situación sería otra cosa.
Mucha gente se ha vuelto escéptica, pero cuando les pasa algo, inmediatamente recurren a Dios, eso no se vale, ahora, en este momento, necesitamos creer en alguién y ese alguién es Dios que va a ayudar al nuevo gobierno.
¿Me cree usted?, se dirige al reportero, al momento de iniciar su peregrinar, cajón de bola en la mano derecha, en busca de clientes.
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