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MADRID, 29 de agosto (Quadratín México).– La tradicional fiesta de “La Tomatina” reunió a más de 40 mil personas, que se lanzaron 120 toneladas de tomate en una “guerra” muy singular, que viste las calles del centro de Buñol, al este de España, y a sus protagonistas de color rojo.
Como es habitual, el último miércoles del mes de agosto se celebra en esta localidad valenciana una de las fiestas más conocidas y que reciben más visitantes en el país, “La Tomatina” de Buñol.
El festejo, que se estima dejará beneficios económicos por más de 300 mil euros (376 mil dólares), comenzó a las 11:00 hora local, recibió a miles de personas que se enzarzaron en una “guerra” de tomates por las principales calles de la localidad.
Esta fiesta tiene su origen en 1945, cuando un grupo de jóvenes asistió a una marcha de “gigantes y cabezudos” en el pueblo y uno de ellos, por la euforia festival, cayó al suelo.
Debido al enfado, y con un puesto de verduras próximo, se lió a tomatazos con todo las personas de su alrededor. Así nació “La Tomatina”.
Al siguiente año, tras el altercado, y debido a la dimensión que suscitó la guerra de tomates del curso anterior, se repitió el enfrentamiento. En este caso, de carácter lúdico.
Aunque la fiesta adquiriera gran expectación los años posteriores, no fue legalizada hasta finales de 1950.
Fue en 1980 cuando el ayuntamiento comenzó a suministrar los tomates a los participantes y desde agosto de 2002 el evento es declarado Fiesta Turístico Internacional por la Secretaría General de Turismo.
“La Tomatina” es una fiesta donde sobre todo los jóvenes “disfrutan” lanzándose tomates pero el ayuntamiento de Buñol, por medio de su página “web” hace algunas recomendaciones.
Entre ellas, llevar ropa vieja y clara para combatir el calor y pantalones cortos, zapatos y zapatillas cómodas que te protejan bien los pies y en ningún caso sandalias o chanclas.
También proteger bien los ojos, mejor con gafas de buceo que de sol, “se te perderán” señala el municipio, porque aunque “el tomate es bueno para la piel”, los ácidos resultan “muy irritantes a la vista”.
Otro consejo es tirar tomates “a conciencia” ya que los tomates que reparte el ayuntamiento están “rojos y maduros” por lo que si “ves alguno duro o verde”, aplástalo antes de tirarlo porque no se trata de herir sino de disfrutar de la fiesta.
También le piden a los participantes no subirse a balcones, ventanas o farolas ya que “serás blanco de miles de ‘tomatines’, podrás caer y te lastimarás”, así como no consumir bebidas alcohólicas durante la fiestas, “deja las copas y la cerveza para después de la guerra de tomates”.
En “la tomatina” también está la atracción del “palojabón” donde un gran palo untado en jabón tiene en lo más alto colgado un jamón. El que lo alcanza se lo puede quedar y posteriormente, da comienzo la guerra de tomates.
El concejal de comunicación del municipio, Rafael Pérez, declaró que el recorrido de este año será igual al de anteriores “desde calle San Luis hasta Avenida de la Diputación 5 camiones integrarán a 30 personas en cada uno que se encargarán de distribuir la hortaliza”.
Para garantizar la seguridad, Pérez aseguró que un centenar de policías locales tanto de Buñol como de localidades contiguas, así como 150 miembros de Protección Civil, 50 de la Guardia Civil, dos helicópteros más vigilantes privados velarán porque la fiesta transcurra con normalidad.
Además hay un servicio de duchas instaladas por el ayuntamiento, así como mangueras que ofrecerán los vecinos a los participantes para limpiarse los restos de tomate, aunque algunos irán directamente al río Buñol a refrescarse.
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