Con cédula digital avanza IMSS en la transformación de sus servicios
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de julio de 2020.- La alerta de código blanco activa todos los protocolos sanitarios entre los paramédicos pero también desencadena la adrenalina y el temor de contagiarse Covid 19, un descuido o un exceso de confianza puede tener consecuencias graves para el personal que se encarga de atender emergencias y traslados en una ambulancia.
Un código blanco equivale a la atención de un posible caso de Covid 19 o cuadro confirmado de la enfermedad provocada por el virus SARS-CoV-2, lo cual implica que el personal sanitario que recibe la asignación de trasladase a un domicilio debe conducirse con apego a los protocolos sanitarios y extremar precauciones para evitar un contagio.
Héctor Juárez es especialista en urgencias médicas en la Ciudad de México lidera una ambulancia Star Life dedicada a trasladar pacientes diagnosticados por Covid o casos sospechosos de coronavirus, desde que inició la pandemia el 28 de febrero en México, él junto a su equipo se ha encargado de conducir y canalizar a hospitales a cerca de 50 pacientes portadores del virus.
Cuando llegan a un domicilio los paramédicos deben estar preparados para todo, porque hay ocasiones en que no saben qué encontrarán del otro lado de la puerta, podría tratarse de un paciente que a pesar de la gravedad de su caso y la anuencia de familiares, se opone a que lo trasladen a un hospital, o quizá alguien que tenga temor a ser transportado en una cápsula o incluso personas que niegan tener Covid 19 para no ser estigmatizados.
Antes de ingresar a un domicilio en la colonia Morelos, en la Alcaldía Cuauhtémoc los paramédicos se enfundan un overol, que solo deja al descubierto una parte del rostro que será protegida por una mascarilla y lentes de seguridad. Las manos son revestidas con guantes de látex. Una vez con el equipo puesto, un rocío de desinfectante forma un escudo para estar en condiciones de acercarse al enfermo.
En esta ocasión se trata de un joven, quien por alrededor de 5 días ha presentado fiebre, ha permanecido resguardado en su casa pero al presentar dificultad para respirar solicitó ayuda al servicio de emergencia.
Postrado en la cama, acompañado por una figura de un niño Dios, el paciente le indica a Héctor Juárez que no cuenta con seguridad social, por lo cual los paramédicos tendrán que solicitar vía radio indicaciones para conocer cuál será el hospital al que será canalizado este joven.
El protocolo indica que todo caso, aunque sea sospechoso, de coronavirus debe ser canalizado por medio de una cápsula que aísla al paciente. La maniobra para introducir al joven se realiza en la sala de la vivienda pero se debe estar alerta, no solo por la percepción que genera un altar a la santa muerte ubicado en una esquina de la pieza, sino porque en cuestión de minutos un paciente con complicaciones para respirar puede agitarse y disminuir su capacidad para llevar oxigeno a su cuerpo.
Héctor recuerda que entre el medio centenar de casos con los que ha tenido contacto, un hombre adulto cayó en paro respiratorio al momento estaba siendo preparado para ingresar a la cápsula, y debido a su avanzada edad murió sin lograr llegar a la ambulancia.
El protocolo sanitario no culmina con la entrega del paciente en un hospital, puesto que el manejo indica escrupulosas maniobras para el retiró del overol y la gorra del equipo Tyvek que protege al personal de un contagio y les permite seguir estando en la primera línea de combate a la pandemia.
El personal de salud no solo tiene que enfrentar el alto grado de contagio del coronavirus sino que fuera de su horario de trabajo son blanco de discriminación y agresiones de quienes por miedo los consideran una fuente de transmisión, cuando paradójicamente los trabajadores de la salud son quienes siguen con mayor rigor las medidas preventivas de desinfección.
“En algunas ocasiones nos agreden, simplemente nosotros al ir a un centro comercial uniformados, nos niegan la entrada o se hacen a un lado. Nosotros cada vez que nos quitamos nuestro equipo nos desinfectamos completamente. Cada mes nos hacen una prueba de Covid 19, porque si estamos contagiados no podemos laborar”, menciona Héctor Juárez.
Con la llegada de la fase naranja del semáforo epidemiológico al que está sujeta la Ciudad de México, Héctor Juárez considera que los casos de Covid 19 no cesarán sin embargo las personas optarán mejor por mantenerse en casa para evitar mayores contagios, aunque esto pudiera comprometer su vida o agravar su situación.
“Hay gente que no está informada y no quiere ir a un hospital por temor a ser intubados, incluso hay personas graves, que requieren atención prioritaria, pero prefieren mantenerse en casa aunque puedan morir”, comenta el paramédico quien en varias ocasiones ha tenido que persuadir a los pacientes graves sobre la importancia de ser llevado a un hospital para recibir atención especializada.
En México la pandemia de coronavirus ha dejado 31 mil 119 defunciones, mientras que los casos confirmados de Covid 19 suman 261 mil 750 y hasta este 6 de julio se han registrado 159 mil 657 personas recuperadas.