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LONDRES, 3 de septiembre (Quadratín México).- Al menos 47 policías resultaron heridos, al disipar un enfrentamiento entre jóvenes católicos y protestantes en el norte de Belfast, informó el Servicio de la Policía en Irlanda del Norte (PSNI, por sus siglas en inglés).
Las agresiones se registraron la víspera en los alrededores del barrio Carlisle Circus y la carretera de Antrim, al norte de la capital norirlandesa, un barrio tradicionalmente protestante, según la edición electrónica del diario Belfast Telegraph.
Los disturbios se desataron el domingo por la tarde, luego de que un grupo musical afín al partido Sinn Fein, antiguo brazo político del inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), atravesó en un desfile el barrio de Carlisle Circus, desatando la ira de los protestantes.
El desfile, que congregó a unos 350 católicos en el barrio protestante, fue considerado una provocación por parte de jóvenes protestantes, que armados con palos, ladrillos y otros objetos atacaron a los participantes.
El superintendente de la PSNI, George Clarke, explicó que para contener los ánimos se ordenó el despliegue de decenas de policías, que fueron agredidos con piedras y bombas incendiarias por miembro de ambos bandos.
En un comunicado, Clarke expresó su indignación por la violencia surgida y por la agresión que sufrieron los uniformados, cuyo único fin era separar a los jóvenes y evitar una tragedia mayor. “Me siento enfurecido y triste por la violencia empleada contra mis oficiales”, dijo.
El jefe policiaco destacó que los agentes de la PSNI quedaron prácticamente atrapados entre las dos líneas de fuego. “Los agentes fueron atacados por los dos grupos”, subrayó el superintendente.
Los disturbios provocaron lesiones a 47 miembros de la PSNI, cuatro de ellos con heridas de gravedad, por lo que fueron trasladados a un hospital cercano, donde su estado de la salud se mantiene bajo reserva.
Para contener los disturbios, la PSNI utilizó durante la madrugada de este lunes un cañón de agua para dispersar a los manifestantes y regresar la calma a la zona, según un portavoz de la Policía.
La policía también detuvo a un adolescente de 17 años, acusado de incitar la violencia contra los agentes policiacos y por comportamiento desenfrenado.
En su declaración el jefe de la Policía también expresó su apoyo y solidaridad a las personas y las comunidades afectadas por los actos de violencia, que consideró trae graves consecuencias tanto para católicos, como protestantes.
Aseguró que la violencia tiene consecuencias graves y no deseadas para todos y pidió trabajar más duro en la búsqueda de soluciones a través del diálogo, por el bien y la seguridad de la comunidad y de los uniformados.
“La violencia no puede ser una solución”, subrayó Clarke.
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